Si bien la Peatonal cumple 2 décadas, la iniciativa de anular el tránsito vehicular en dos calles del microcentro nació en 1986. Como por entonces implicaba un cambio muy profundo en la sociedad, la llamada Vía Peatonal fue un emprendimiento experimental en la gestión del intendente Evaristo Alés. Por eso es que al principio fue delimitada con macetas en las esquinas, a la vez que ornamentaron con macetones la parte media de las calles y pintaron líneas de colores sobre el pavimento, mientras que luego le agregaron farolas. Y aunque tuvo una rápida aceptación en la gente, pasaron siete años antes de que dejara de ser una prueba piloto. En 1993, el por entonces intendente Javier Caselles decidió encarar la transformación a un verdadero paseo comercial.
Igual, el proyecto original nunca fue concretado, pues además de la famosa ‘cruz’, la Peatonal también contemplaba ampliarse a calle Tucumán entre Laprida y Libertador y entre Mitre y Central; también por General Acha, entre Rivadavia y Laprida; y por Mitre entre General Acha y Mendoza.
En sus dos décadas, la Peatonal fue protagonista de cambios estructurales mínimos y varias iniciativas que no prosperaron. Entre las modificaciones, el 21 de junio de 2006 inauguraron los puentes de medio arco que atravesaban las fuentes. Sin embargo, los puentes fueron sacados con el tiempo, al igual que la idea de colocar peces. También eliminaron los canteros que estaban junto a las pérgolas, ya que no dejaban ingresar a los vehículos de socorro, como Bomberos o ambulancias. En tanto, en noviembre de 2003 fue entronizado el único busto del paseo: el de la Virgen de la Inmaculada Concepción.
Con respecto a los proyectos, en enero de 1999 y luego reflotado en septiembre de 2009, se pretendió techar la Peatonal para convertirla en una especie de shopping urbano e impedir que los pájaros sigan ensuciando. Querían usar policarbonato, ya que creían que era el material más adecuado, colocado sobre columnas de 25 metros de alto.
Otra iniciativa que no funcionó fue la de la música funcional. En abril de 2000, una empresa instaló a modo de prueba un sistema de sonido para pasar música y publicidad, pero la queja especialmente de vecinos hizo que no tuviera continuidad. Tampoco prosperó la idea de usar halcones amaestrados para espantar a los tordos y las palomas.

