El propio presidente Sebastián Piñera fue el encargado de anunciar, en noviembre de 2010, que Chile asistiría a la mayor reforma educativa de su historia. La misma se basa en algunos ejes principales, entre los que se destaca la formación de los maestros y profesores. Para ello, se dispuso otorgar beca completa a quienes aprueben con 600 puntos la prueba de suficiencia universitaria (PSU), para ingresar a alguna facultad de Pedagogía. También se aprobaron aportes en dinero y becas en el extranjero para los que obtuvieran un puntaje mayor de 600 puntos. En cuanto a los profesores, se dispuso elevar el salario de quienes superen exitosamente una prueba de evaluación, en busca de la excelencia.