Educar a la mujer con lineamientos pedagógicos de avanzada fue un ideal que se puso en práctica al pie de la letra en el Colegio Santa Rosa de Lima desde sus inicios. La escuela abrió sus puertas un 9 de julio, hace 170 años. Fundada por Domingo Faustino Sarmiento, sirvió como laboratorio educativo donde el prócer pulió su ideario. Para su época fue un lugar de avanzada, ya que no había otro sitio en Sudamérica destinado exclusivamente a la educación de la mujer, que entonces estaba relegada a las tareas hogareñas. De ahí en más la institución tuvo muchos cambios, pero quienes hoy se encuentran al frente del colegio, dicen que la esencia sigue siendo la misma.
Comenzó llamándose Colegio Pensionista de Santa Rosa de América. Empezó con 10 niñas y hoy cuenta con más de 800 alumnos. En los primeros tiempos, en las aulas ya se percibía lo que Sarmiento se encargó de confirmar a lo largo de su vida: dar importancia a la mujer en el rol educativo. Fue este el paso inicial del prócer, que siguió con el traslado a la provincia de las maestras norteamericanas para que formaran más maestras.
Al Colegio Santa Rosa lo abrió junto a la hermana de Fray Justo Santa María de Oro, quien quedó a cargo de la Dirección. Entonces Sarmiento había comenzado a escribir en el periódico El Zonda. La elección del edificio tampoco fue casual. En 1835, Fray Justo Santa María de Oro ya tenía la idea de crear un colegio gratuito para mujeres. Entonces decidió ceder su casa paterna para este fin. Pero el fraile murió antes de realizar el proyecto. La idea fue retomada por su sobrino Sarmiento, quien la concretó en 1839. Empezó con enseñanza primaria y secundaria.
En la actualidad se conserva, en una de las habitaciones del colegio llamada Sala Relicario, el corazón y otros objetos privados de Fray Justo Santa María de Oro. Este es el único sitio del antiguo edificio que quedó en pie luego del terremoto de 1944.
Desde su apertura, la actividad normal del colegio sólo duró dos años. La inestabilidad política azotó la provincia, Sarmiento tuvo que partir al exilio a Chile y la escuela cerró sus puertas. Años después, en 1877, fue reabierto pero bajo la dirección de las religiosas dominicas de Albí, que venían de Francia. Actualmente mantienen esta función junto a las hermanas dominicas de Roma.
Hasta antes del terremoto del ’44 la entrada del colegio estaba por calle General Acha. Hoy está por calle San Luis. También quedó en ruinas la antigua iglesia. Este lugar se reconstruyó en 1962 y ahora se la conoce como Capilla del Silencio. Fue inaugurada por monseñor Ildefonso María Sansierra, que era Arzobispo de San Juan. En este sitio está la imagen de la Virgen María ubicada en el Misterio de la Trinidad, a través del símbolo de los tres círculos. La capilla es sobria y es el sitio del colegio destinado a la oración y la meditación.
El cambio pedagógico más importante ocurrió cuando los varones fueron incluidos como alumnos del colegio en 1994. Desde entonces es una escuela mixta. En 1999 abrió un moderno laboratorio de Ciencias Naturales, que lleva el nombre de su fundador. Desde hace dos años, en el colegio se puede estudiar el idioma inglés y francés luego de haber firmado convenios con distintas instituciones. A esto se suma algunas experiencias piloto con la integración de chicos que tienen algún tipo de discapacidad. Para el ciclo 2010, buscan que la educación inicial tenga independencia administrativa tal como lo requiere la nueva Ley de Educación.