La ausencia se da en medio de un clima enrarecido por dimes y diretes que irrumpió en los últimos días en la armonía entre la central obrera y el gobernador que viene caracterizando la gestión giojista.
Fue una frase de Gioja la que removió el avispero. Entre paso y paso en la erradicación de una villa en La Bebida del viernes pasado, y con el caso de fraude con casas del IPV caliente, dijo que "para la operatoria de la CGT que se viene, vamos a pedir a los gremios que sean lo más abiertos posible, que publiquen domicilios, responsables y demás".
Al otro día, el líder de Camioneros y segundo de la CGT, Enrique Castro, salió con los tapones de punta, diciendo que en la Confederación había mucha molestia porque "les querían echar el fardo de las estafas con casas del IPV".
Tanto fue el descontento que el martes en el plenario de la central obrera, designaron una comisión ad hoc para que siente posición y hasta redacte una proclama pública sobre los dichos del gobernador.
La bola de nieve fue creciendo con dos cosas más que sucedieron en los últimos días. Según Castro, también crisparon declaraciones que habría hecho el ministro de Salud, Oscar Balverdi, afirmando que las obras sociales sindicales están desfinanciando el Hospital Rawson.
A esto se le suma, que la UOCRA, gremio que preside el líder de la CGT, Eduardo Cabello, se quejó la semana pasada por la tardanza de la obra pública y denunció que la mitad de los obreros provinciales, unos 2.500, están desocupados y tirando como pueden.
Así las cosas, cuentan que Gioja compartió con la UOCRA una cena que fue un día después de la publicación de las quejas, en honor a los trabajadores de la construcción en su día. Aseguraron desde ambas partes que hubo buen clima.
Sin embargo, luego, el pedido de claridad del gobernador ofendió a los sindicalistas. Y se escuchó de fuentes gubernamentales que en Casa de Gobierno interpretaron la afrenta de Castro como un recurso para que Gioja salga a contentarlos con algo.
El jueves, el gobernador salió a explicar el contrapunto diciendo que "hubo muy mala interpretación o mala intención de algunos de ustedes (periodistas) que transmitieron un malentendido". Y subrayó que con las casas, siempre la CGT ha hecho las cosas bien.
Mientras Cabello estuvo inhallable estos días, Castro aseguró ayer que había recibido un llamado del gobernador que lo dejó tranquilo.
Habrá que ver en el almuerzo de mañana cuán efectivas resultaron estas señales de acercamiento. Gioja se excusó de no poder asistir porque tiene un festejo de los trabajadores en Paraná, Entre Ríos, y prometió mandar saludos por escrito a los trabajadores. En la CGT no descartan palabras alusivas a la relación con el Gobierno, a la hora del brindis.