Le pusieron Médano de Oro porque era una tierra donde lo que se plantaba crecía exageradamente grande, la riqueza estaba en la tierra. Recuerdo camotes de 14 kilos, papas a las que llamábamos alpargatas o remolachas grandotas, que iban a parar a la azucarera de Media Agua. El Médano de Oro fue una colonia que durante muchos años vivió como detenida en el tiempo y es parte importante de la provincia. Y pese a hoy se mantienen las calles como túneles verdes por la cantidad de árboles y los canales que los colonos hicieron a pala, mucha gente no conoce su historia. Espero que el libro cumpla su cometido", cuenta Narciso Martín (65), el primer escritor que en prosa y poesía le dedicó un libro a ese terruño. Allí en mi tierra negra" se llama la publicación que será presentada hoy a las 17, en el CIC del Médano.

Entre los datos históricos que más llaman la atención, el autor relató que hacia 1915, el dueño de los terrenos, de apellido Bombichini, vendió 400 parcelas de 10 hectáreas cada una, la superficie conocida hoy como Médano de Oro. "Pero una vez que parceló todo, no entregó las tierras, por lo que los 400 colonos le hicieron juicio. Lo ganaron y al primero que le dieron la escrita fue a mi abuelo, quien había llegado de Almería, España", contó Narciso, quien actualmente reside en Chimbas, pero que vivió en el Médano al igual que su abuelo, su padre y que lo sigue haciendo parte de su familia.

Otra curiosidad que figura en la publicación es que los canales y acequias que aún se mantienen fueron hechas por los colonos a pala y pico, a cambio de excepciones en los impuestos. De hecho, el llamado Canal de las Vacas se conoce así porque a un obrero del lugar le pagaban con una vaca por cada kilómetro cavado. "Además, como las tierras era tan blandas las construcciones debían ser livianas, por eso las casas eran de cañizo, totora y barro. Luego se empezaron a usar troncos de madera de sauce verde como columnas, para que se enraizaran y no se hundieran. Es más, aún hoy se ve en algunos ranchos las ramas verdes de sauce que asoman por los techos", agregó Narciso, quien confesó que sueña con pasar sus últimos días escribiendo sobre la tierra negra (por el humus) de su querido Médano.