Las denuncias por prebendas a cambio de votos reflotaron el escándalo conocido como “coimas en el Senado” que en el año 2000 se habrían pagado con fondos de la SIDE para que se apruebe la ley de Reforma Laboral.

La reforma fue aprobada en abril de 2000 y tras su sanción, el titular de la entonces CGT disidente, Hugo Moyano, denunció que el ministro de Trabajo, Alberto Flamarique, le había dicho que para los senadores del PJ tenía “la Banelco”. Fue el primer indicio de las coimas.

Luego, el senador justicialista Emilio Cantarero admitió que existió compra de votos para la aprobación de la ley de flexibilización laboral.

Años después, Mario Pontaquarto, secretario parlamentario de la Cámara alta, confesó cómo se había repartido el dinero entre los senadores peronistas. Fue la misma noche de la aprobación que retiró un maletín con plata de la SIDE por $4.300.000 millones para el reparto.