Gracias a la ciencia, por cómo firma una persona se puede establecer sus rasgos distintivos de carácter y personalidad. En exclusivo para DIARIO DE CUYO, la grafóloga sanjuanina Elizabeth Martinez Balmaceda realizó este análisis sobre Laprida y Oro, con los autógrafos y textos manuscritos de ambos próceres sanjuaninos de la Independencia, documentos proporcionados por el Archivo del Museo Gnecco (uno de ellos, facilitado por el historiador Daniel Arias). Martinez, grafóloga egresada del Instituto Superior Emerson (de Buenos Aires), se especializa en grafología forense, selección de personal, orientación vocacional y grafoanálisis infantojuvenil. Es fundadora y exdirectora del Instituto Sigma Grafología (Córdoba) y además es estudiante avanzada de la Licenciatura en Psicología. A continuación, por primera vez analiza y publica los rasgos de los dos congresales sanjuaninos de 1816.
Francisco Narciso Laprida
El análisis grafológico del sanjuanino que presidió el Congreso de Tucumán durante la declaración de la Independencia muestra una firma clara y organizada, lo cual es indicativo de que la persona posee claridad de ideas, intenciones y objetivos. Seguro en la manera de pensar y de actuar, con sentimiento de satisfacción y de contento de sí mismo.
Se pudo detectar un comportamiento firme, tajante, con una actitud social rígida, contrapuesta a una actitud íntima mucho más flexible, vulnerable, suavizada. Importante resistencia a las dificultades, y a los cambios. Extrema dificultad para resolver conflictos internos, problemas de adaptación, inflexibilidad.
Su escritura revela seguridad, confianza en las propias posibilidades y recursos.
Persona que se sabía controlar y con una gran necesidad de reafirmar su personalidad, con energía personal acentuada, individualidad.
Los rasgos gráficos muestran respeto por las normas y tradiciones sociales, formalismo, una conducta basada en principios de distinción y elegancia. Con el peligro de que las actitudes hayan sido más aparentes que reales, lo cual dado el momento histórico en el que se encuentra inserto, esta era una costumbre fuertemente arraigada.
Su energía sufría una disminución a medida que la persona ejecutaba los trabajos en que se veía inmerso, propia de personas desconfiadas.
El análisis grafológico reveló rasgos de una persona afectiva, sociable, extrovertida, con tendencia a tomar la iniciativa. Con homogeneidad en los estados de ánimo, con marcado sentido de la responsabilidad.
Fuerte encadenamiento entre lo que pensaba y aquello que se ponía en práctica. Buena disposición hacia el orden y la organización en general.
Fue una persona con una estructura de personalidad armoniosa, y pudo observarse características altruistas en su accionar, prudencia. Conductas elaboradas en defensa del propio Yo.
Persona entusiasta, que trabajaba con ardor, con empuje hacia el futuro, hacia la consecución de las metas individuales o sociales.
Fray Justo Santa María de Oro
El análisis grafológico de este prócer revela armonía entre los géneros gráficos, lo cual proyecta en la personalidad naturalidad, espontaneidad, entereza, autenticidad, un exacto conocimiento de sí mismo.
Dado que su firma es legible, esto denotaría una persona con claridad en las ideas y objetivos, un individuo responsable en todos los órdenes de su vida.
Revela características de seguridad, confianza en las propias posibilidades y recursos. Una buena disposición hacia el orden, tanto externo como interno. Adaptación y equilibrio.
Se detectó tendencia al idealismo, a la vida intelectual. Orgullo intelectual, subjetivismo que se orienta hacia el misticismo y la filosofía.
Se trató de una persona en quien las necesidades afectivas impulsaron su acción. Es decir, que tomaba en cuenta la experiencia sentimental. Con un alto nivel de reflexión, el cual no afectaba su carácter extrovertido, su necesidad y capacidad de relación social.
Se pudo detectar armonía y equilibrio en las distintas funciones psíquicas. Así como también madurez afectiva, disciplina, autocontrol, realismo, serenidad, aplomo y estabilidad del ánimo.
La combinación de rasgos gráficos muestra responsabilidad de la persona en todos los terrenos, así como con su propia autoidentificación y su equilibrio. Seguridad en la manera de pensar y actuar. Sentimiento de satisfacción y de positivo contacto consigo mismo.
Fue una persona decidida, activa y con iniciativa. Pero en algunos momentos de su vida este apasionamiento puedo haberlo llevado a la impremeditación y parcialidad.
Dotado de una importante capacidad de síntesis, con tendencia al predominio de la razón sobre los sentimientos. Importante capacidad de recuperación frente a las situaciones críticas. Ante los embates de su vida, el prócer probablemente prefirió retraerse o replegarse sobre sí mismo antes que buscar el contacto con las personas que lo rodeaban.
Se observaron rasgos escriturales que denotan un instinto asociado a la huida de los placeres mundanos. Lo cual es propio de las personas religiosas que han logrado hacer una correcta sublimación de la vida espiritual por sobre todo aquello de índole material.

