Una de las principales mineras de oro del mundo enfrenta un panorama sombrío en el mercado. Ayer las acciones de Barrick en la Bolsa de Nueva York cerraron a 18,91 dólares, reflejando una caída del 22,7% respecto a la cotización de 24,46 dólares que tuvo hace 15 días (el pasado 10 de abril) cuando una Corte chilena detuvo las labores en ese país por motivos ambientales. Y eso que entonces las acciones de la empresa con sede en Toronto ya venían en baja (ver infografía), lejos de los 38,71 dólares que costaban en julio de 2012, cuando la misma empresa reportó que se iba a atrasar un año el inicio de obras de la mina Pascua-Lama. Ayer Barrick comunicó a sus accionistas en su primer reporte trimestral que obtuvo ganancias respecto a un año atrás, pero también se evidenció una baja del 18 por ciento en sus ganancias del primer trimestre respecto al trimestre anterior, ante un desplome de los precios del oro y un declive de los volúmenes de ventas, según la agencia Reuters. Los papeles de la minera ya han perdido un 48% de su valor en el año, a la fecha en la Bolsa de Toronto, lugar de origen de la minera. Y si bien ayer la rueda en Canadá terminó con una leve alza respecto al día anterior -subieron 4,39%, a 18,80 dólares canadienses- los mercados aún siguen dudando de comprar sus acciones. ‘El mercado necesita calibrar mejor el progreso de Barrick en Pascua y el modo en el que la gerencia manejará las decisiones de capital y de las operaciones a precios más bajos a lo esperado para el oro‘, dijo Michael Dudas, analista de Sterne Agee, en una nota a clientes, según Reuters. Jamie Sokalsky, presidente y CEO de Barrick. dijo que ‘en Pascua-Lama estamos trabajando para hacer frente a los requisitos ambientales y de otro tipo en el lado chileno del proyecto. Estamos evaluando todas las alternativas en detalle, a la luz de las incertidumbres asociadas con la suspensión de la construcción en Chile. Estamos comprometidos con la colocación disciplinada de capital, basados en el principio de que los retornos impulsan la producción, la producción no impulsa los retornos. Aunque seguimos siendo optimistas con respecto a los fundamentos de largo plazo para el oro y el cobre, no confiamos sólo en un precio más alto de los metales como único impulsor de retorno para los accionistas‘.
