Los Tobas habitan la llanura chaqueña occidental, en el monte conocido como El Impenetrable. Con conocimientos y habilidades transmitidas de generación en generación, trabajan en tallado de maderas, alfarería, cestería y sobre todo tejeduría, logrando piezas únicas y cargadas de simbologías que son uno de los pilares de su cultura. Por ejemplo, las manos representan la abundancia, la lechuza es la suerte, el hornero significa inteligencia y las palomas son señal de amistad. Expertas tejedoras, las mujeres -que no salen habitualmente de su comunidad- aprenden desde niñas a hilar y colorear lana de oveja con pigmentos naturales; y a construir y usar el telar.

Entre sus artesanías más notorias se encuentras las yicas, o bolsitas, que pueden ser de lana o de fibra de chaguar, a veces decoradas con semillas y que llegan a demandar hasta una semana de trabajo y más de un par de manos cada una. También hacen fajas de lana, que usan como cinturones para sostener y adornar prendas; como vinchas o bien para adornar paredes o mesas.