"Intentar dilucidar el origen de las devociones populares es un tema que constantemente ha fascinado a los especialistas en antropología religiosa. Todos ellos coinciden en que el umbral de ellas se vincula directamente con la veneración a los santos. En cuanto a este tópico, se dice que las raíces de la veneración a ellos o a los santos patronos son muy remotas. Los antecedentes de su origen los encontramos en la religiosidad romana, pero a su vez los expertos consideran que esta religión es producto de diferentes aportes, fundamentalmente de los griegos. Si nos queremos retrotraer más en el tiempo debemos informarnos de la opinión de historiadores especialistas, los cuales explican que esta modalidad formó parte de la religión de los pueblos indoeuropeos. Su aporte cultural fue evidente en el panteón greco-romano.
Durante el periodo del imperio romano era común que los hombres invocaran a sus dioses, a los que los concebían como "altaneros patrones". Con ellos mantenían relaciones preferenciales a través del intercambio de dones. Además existían las prácticas de religión privada. Las familias romanas rendían culto a sus antepasados (lares) considerados como espíritus tutelares de sus hogares. Dichas invocaciones religiosas fueron oficializadas por él emperador Constantino, amalgamándose a la fe cristiana.
En general cada pueblo que se fundó estuvo amparado por algún santo, o también fue bautizado con sus nombres, infaliblemente a estas nuevas denominaciones, sucedían las correspondientes fiestas, que se repitieron y se repiten sistemáticamente. Ellas fueron trasplantadas a nivel institucional por la Iglesia , junto a los conquistadores, funcionarios y gente en general, grupo social que ya era portador de un catolicismo popular.
Luego, estas devociones- festividades se nutrieron de aportes culturales vinculados con las peculiaridades sociales de los grupos nativos o criollos, mezclándose o teniendo un proceso más o menos sincrético, originándose fiestas muy distintivas, como el caso de la veneración de la Virgen del Rosario de Andacollo, la cual es el símbolo religioso dominante en nuestra área andina. Los creyentes les "piden favores" para obtener soluciones a las dificultades inmediatas que soportan en su vida cotidiana, existiendo una especialización de ellos de acuerdo a las carestías que sufren los grupos y además relacionados al entorno geográfico-cultural al que pertenecen.
También el origen esta vinculado a los emigrantes, quienes instauraron o instauran las devociones como un mecanismo para sobrellevar el desarraigo, tal es el caso de los bolivianos, chilenos y de los españoles. Así, con estos componentes, se ha forjado un calendario litúrgico con sus respectivas fiestas, yuxtapuesto al ortodoxo, muy particular o propio".
