En Argentina se vendieron casi 20.000 unidades de Renault Fuego y en el mundo 265.000. El impacto que tuvo la cupé en el país no ocurrió en otro lugar del mundo, donde dejó de construirse en 1985, mientras que acá perduró hasta 1992.

Una de las razones por la que perduró en Argentina más tiempo fue por la pulseada que mantuvo con la Ford Sierra XR4, que ingresó al mercado en 1984. Aunque en la calle cada una tenía características que la diferenciaban de su competidora, en el automovilismo deportivo también hubo un escenario para la disputa, en el que se impuso la marca del rombo con comodidad, siendo el auto del campeón durante 8 temporadas seguidas (6 de ellas con Juan María Traverso) entre 1986 y 1993. Y durante ese reinado hubo dos carreras que se convirtieron en míticas. Cronológicamente la primera fue en 1987, cuando Traverso prácticamente en dos ruedas, le ganó el segundo puesto a otro rival en la última curva de la competencia. Y al año siguiente ocurrió la victoria del 'Flaco de Ramallo', con el auto envolviéndose en llamas mientras pasaba primero que todos por la bandera a cuadros.

El equipo de Oreste Berta fue el preparador de 7 de esos 8 campeonatos y por eso el 'kit Berta' fue el agregado opcional que tuvieron las últimas unidades construidas, las GTA Max.

 

 

Lo mismo fue deporte nacional en la segunda mitad de los '80 y buena parte de los '90 la discusión sobre cual era mejor cupé. La Fuego estuvo siempre a la delantera en cuanto a incorporación de tecnología. Por ejemplo, la computadora a bordo y el sistema de frenos a disco en las cuatro ruedas. El diseño ovalado versus el alerón posterior biplano fue siempre discusión sobre gustos. Eso sí, ambas eran emblemas del auto deportivo. A las dos era dificultoso poder ingresar a las plazas traseras.