La imagen de María Auxiliadora, con el Niño en brazos, era un regalo para el colegio de niñas que se iba a crear. Al menos, eso fue lo que dijo la desconocida mujer que, de rodillas, se presentó ante el director del Colegio Don Bosco para entregarle la imagen. Desconcertado, el sacerdote la recibió sin saber a qué colegio se estaba refiriendo aquella promesante, pero sabedor de que Dios trabaja de manera misteriosa, no hizo más preguntas. "Todavía faltaba para la llegada de las Hijas de María Auxiliadora a San Juan y nadie sabía que esto sucedería, pero la Virgen ya preparaba el camino", dijo la directora Etelvina Camargo (la hermana Laly, para todos), al repasar los 50 años de historia de la comunidad religiosa en la provincia, que se cumplen hoy.
El relato figura en las crónicas de época que dan cuenta de la llegada de cuatro monjas, en 1960, a San Juan. Ellas eran Francisca Garcés, Ana María Boscarol, Josefina Cerliani y Raquel D’Hiriart, y tenían la misión de crear una nueva comunidad dedicada a la educación femenina, con el mismo carisma con que había sido creado años antes el Colegio Don Bosco, para la educación de varones. Pero más allá de sus buenas intenciones y la firme determinación de continuar con la labor que desde décadas anteriores venían desarrollando algunas damas sanjuaninas para instalar la obra de María Auxiliadora, no tenían nada. Ni siquiera un lugar donde empezar a trabajar y abrir las puertas del primer colegio.
"Y otra vez la mano de Dios intervino, porque el padre de la hermana Paquita -como todos llamaban a Francisca Garcés- había comprado una casa sobre la calle Hipólito Yrigoyen y en lugar de habitarla junto a su familia, decidió cederla para que allí comenzara a funcionar el Colegio María Auxiliadora", contó la directora.
En aquella casa, que todavía hoy persiste, funcionó el primer colegio, dedicado a la educación de niñas y jóvenes, que aprenden distintos oficios, y un jardín de infantes para niñas y varones. "Era una escuela de formación profesional que con el paso del tiempo devino en escuela de capacitación laboral. Al año siguiente, ya inició sus actividades la escuela primaria y en agosto de 1962, se inauguró el nuevo edificio en el terreno que habían donado el matrimonio formado por Nydia Aubone Luraschi y Francisco González", recordó la hermana Laly. Por entonces, el colegio estaba rodeado de viñedos y la construcción se limitaba a unas pocas aulas.
Con la primaria funcionando a pleno y la secundaria con un claro perfil técnico-laboral, las hermanas advirtieron que la comunidad les estaba demandando otro desafío. "En 1993 y por iniciativa de una fundación que crearon los propios padres de nuestras alumnas, nace la escuela secundaria matutina. Es decir que teníamos primaria y secundaria a la mañana y por la tarde, la secundaria que tanto queremos y cuidamos, porque es la que permite que muchas chicas que no encuentran otro lugar donde terminar sus estudios, puedan hacerlo acá", dijo la hermana Laly.
En la década del "90, el colegio que había surgido como una institución para niñas, se convirtió en mixto. "Fue otra manera de responder a una necesidad de la comunidad: vimos claramente que era necesario modificar nuestra modalidad y apuntar a la coeducación de niñas y varones", refirió la religiosa.
Hoy, a 50 años de aquel comienzo, el Colegio María Auxiliadora alberga a más de 1.000 estudiantes, entre todos sus niveles. "Nuestro método, basado en el carisma de Don Bosco, sigue siendo el mismo: evangelizar a través de la educación, siempre con alegría".

