Habían pasado 55 años del fallecimiento de Domingo Faustino Sarmiento, cuando el 1 de octubre de 1943 se reunió, en Panamá, la Conferencia Interamericana de Educación. Hasta allí llegaron educadores de todo el continente para coincidir, entre otros temas, en la necesidad de festejar un día propio, rindiendo homenaje a aquellos maestros que hicieron historia. Fue justamente en ese evento que se determinó que el 11 de septiembre de cada año se fijaría como el Día del Maestro, en memoria de la fecha de fallecimiento del sanjuanino (que murió en 1888 en Asunción, Paraguay).
Según los registros, los asistentes a esta conferencia consideraron que "es actividad fundamental de la Escuela la educación de los sentimientos, por cuyo motivo no debe olvidarse que entre ellos figura en primer plano la gratitud y devoción debidas al maestro de la escuela primaria, que con su abnegación y su sacrificio guía los primeros pasos de nuestras generaciones y orienta el porvenir espiritual y cultural de nuestros pueblos; que ninguna fecha ha de ser mas oportuna para celebrar el día del maestro que el 11 de septiembre, día en que pasó a la inmortalidad, el glorioso argentino Domingo Faustino Sarmiento, maestro de maestros, quien entre otras valiosas ejecutorias que lo acreditan como insigne ciudadano de América cuenta la de haber sido el primer director de la centenaria Escuela Nacional de Preceptores que abrió sus puertas en Santiago de Chile el 14 de junio de 1842, se resuelve declarar Día del Maestro en todos los países del Continente Americano el 11 de septiembre”.
Pese a lo establecido, sólo en Argentina se conmemora ese día, ya que en el resto de los países americanos, la celebración del Día del Maestro tiene distintas fechas.
