Ayer, la postal en los campings fue diferente a la de un fin de semana cualquiera. No se vio el típico humo de los asados. La gente se hizo un picnic con las sobras de comida de la noche anterior. Lo constató este medio con un recorrido por los campings de la Sanidad, de Empleados de Comercio y el Parque Norte. La gente dijo que esta vez priorizó la pileta antes que la comida.
Facundo Rivera y Yanela Cabrera no necesitaron más que una mochila para transportar el almuerzo hasta el complejo Parque Norte, en Capital. Es que sólo llevaron un par de costillitas y de porciones de punta de espalda para hacerse unos sánguches con pan casero. Es lo que les quedó de la noche del Año Nuevo. ’Vinimos para disfrutar de la pileta por un rato, así que nos trajimos lo que nos sobró de la cena. Siempre que venimos al camping hacemos un asadito, pero hoy decidimos pasarlo tranqui’, dijo Facundo.
La mesa les quedó chica a los Barrionuevo, Agüeros, Guzmán y Casanova. Estas familias se juntaron en el Parque Norte para compartir el comienzo de año y el almuerzo que fue ’a la canasta’. Cada una llevó lo que le quedó de la cena anterior. La ventaja, según dijeron, es que todos pudieron comer un poco de todo.
Los Alfaro, que ayer continuaron los festejos del Año Nuevo en el camping del Sindicato de Empleados de Comercio, llevaron hasta ensalada de frutas para el postre. Si bien, el hombre de la casa tenía previsto hacer un asadito para el mediodía, desistió de la idea. El fundamento: el calor y las oleadas intensas de viento que se hicieron sentir desde la mañana temprano. La familia almorzó pollo y sánguches de la noche anterior.
En tanto que en el camping de ATSA, en el departamento Rawson, la postal que predominó durante el día de ayer fue la de familias completas o grupos de amigos almorzando en el suelo. Ni siquiera ocuparon una mesa para ’picar’ lo comida que llevaron.