La última vez que en la provincia de San Juan hubo exploraciones en busca de uranio fue en el año 1975 en áreas de Calingasta, Iglesia y al Norte de San José de Jáchal; y quien desde 1961 hasta esa fecha las llevó adelante fue la Comisión Nacional de Energía Atómica. Este es un organismo nacional, cuya función principal es la concreción de investigaciones y desarrollos en todos los aspectos vinculados a la utilización pacífica de la energía nuclear. Cuenta con diversos laboratorios, talleres, núcleos de investigación y de atención, distribuidos centralmente en tres Centros Atómicos, ubicadas en Bariloche, Constituyentes y Ezeiza. El uranio que se utiliza en la Argentina y que es para alimentar las centrales Atucha I y II, y Embalse Río Tercero, se importa en su totalidad (por año equivale a unos U$S 90 millones) y tiene como fin generar energía eléctrica.
El uranio, como mineral capaz de generar energía, es visto por buena parte del mundo como el que modificará en un futuro la matriz energética hidrocarburífera que tiene el mundo en la actualidad (el 80% es de esa base), pero los ambientalistas rechazan este tipo de usos: la actividad nuclear es mirada de reojo por estos grupos y permanentemente alertan sobre su “peligrosidad”.