* El relato que sostiene la Casa Histórica cuenta que sobre 1840 debieron hacer varias demoliciones por su mal estado general, producto de las lluvias y de los avatares económicos de la familia propietaria, que había vuelto a ocuparla poco después del Congreso de Tucumán.
* Fue Domingo Faustino Sarmiento, cuando estuvo a cargo de la Presidencia de la Nación, quien en 1869 ordenó comprar y hacerse cargo de la casa. Tras esa oficialización, hubo muchos proyectos para mantener el edificio, pero al final se decidió conservar en su forma original sólo el Salón de la Jura, por lo que se hizo muchas reformas y el Gobierno instaló allí el Correo y Telégrafo Nacionales y el Juzgado Federal.
* En 1903, bajo la presidencia de Julio Argentino Roca, se decidió preservar la Sala de la Jura y demoler todo el resto de la casa. Cubrieron la sala con un templete con techo de vidrio, estructura que levantó polémica y a la que sus detractores llamaban "la quesera".
* La Casa de la Independencia fue declarada Monumento Nacional recién en 1941 y para entonces el deterioro había avanzado fuertemente sobre el Salón Histórico. Se formó una comisión especial para voltearla casi por completo y reconstruirla lo más parecida posible a su forma original, sobre los cimientos sobrevivientes. Lo hicieron y la reconstrucción fue inaugurada en 1943, con detalles fabricados especialmente imitando los originales y con materiales más actuales y resistentes a la humedad.
* Actualmente, adentro de la casa funciona el Museo Casa Histórica de la Independencia. Entre su patrimonio cuenta con 650 piezas de la época independentista, 3.000 títulos en su biblioteca, 5.000 piezas en su Archivo Fotográfico, unos 200 documentos históricos y más de 10.000 recortes periodísticos. Y de la estructura de 1816 se conserva algunos cerramientos de la Sala de la Jura y la puerta de la antesala, que rescató Agustín Gnecco.
