Con la humildad que lo caracteriza. Siempre acomodando los tiempos para todo a pesar de haber dormido muy pocas horas y tener una agenda cargadísima. Laureano Rosas se dio unos minutos en la lluviosa mañana de ayer para recibir a DIARIO DE CUYO en el hotel de la capital de San Luis donde se hospeda junto a su equipo, el Sindicato Empleados Públicos, con quien debutó ayer en el Tour de San Luis estrenando licencia Continental. Ahí, contó sus sensaciones tras haberse quedado por segunda vez consecutiva con la Vuelta a San Juan.
Rosas desde que ganó la Vuelta anteayer no paró. Después de la coronación en la Avenida de Circunvalación, el oriundo de Las Flores, Buenos Aires, se sacó fotos una y mil veces con quienes lo solicitaron, después, partió rumbo a la concentración donde festejó junto a los ‘Verdes‘, con un asado en la noche del domingo. Pasada la medianoche, partieron rumbo a San Luis, donde desde ayer a las 4 de la madrugada se alojan en el hotel ‘Quintana‘, a unas cuadras de la plaza principal.
Allí, con el cansancio lógico tras haber sido el gran protagonista de una competencia durante nueve días, se tomó unos minutos de relax y analizó esa gran victoria. ‘Estoy contento, muy feliz. Quizás no hemos podido disfrutar mucho como hubiésemos querido pero estoy más que satisfecho por haber cumplido el objetivo del equipo que era consagrarse en la Vuelta a San Juan‘, abrió la charla Laureano, quien hace una década se subió a una bicicleta por primera vez.
A base de esos logros, Laureano consiguió algo que no todos los foráneos consiguen: ganarse el cariño de la gente casi por completo. Es que la lucha que mantuvo con el sanjuanino Ricardo Escuela no alteró para nada el acercamiento del bonaerense con los sanjuaninos y eso tiene gran valor para el bonaerense. ‘Siempre trato de hacerme querer en el lugar donde estoy. Es algo que uno necesita porque nosotros en este deporte vivimos de la gente, de ser simpáticos, de compartir cosas con los que están siempre ahí, al costado del camino pasando calor para verte‘, valoró Laureano y fue un poco más allá: ‘Estoy feliz de que en San Juan me acepten como si fuese un sanjuanino más, porque también represento a San Juan no sólo con el Sindicato sino también con la Selección sanjuanina en los torneos Nacionales‘, expresó quien le dio a la provincia la medalla de oro en contrarreloj en el Nacional del año que pasó.
‘¿Qué me falta para considerarme sanjuanino? Calculo que no mucho, yo me siento sanjuanino. Ya estoy instalado allá y ahora espero seguir ganándome con logros el cariño de la gente y que me acepten como uno más de ahí‘, subrayó con una sonrisa. Y claro, el bonaerense a sus 24 años prácticamente ya plantó bandera en San Juan. ‘Me quedo a vivir en San Juan por lo menos hasta el año que viene. Si las cosas siguen saliendo bien, quizás me quedo allá nomás. Estoy contento porque José Díaz (secretario general del SEP) siempre me abrió las puertas y ojalá que el SEP siga por este camino durante mucho tiempo más‘, valoró.
Rosas se lamentó que su familia no pudiera viajar a San Juan para el final de la Vuelta por razones laborales. ‘A Las Flores ya llevo casi un mes sin ir y hasta febrero no voy a volver‘, expresó quien está de novio hace varios años con Agostina, su respaldo emocional. ‘¿Casarme? Sí, puede ser. Pero soy muy joven y estoy viviendo cosas importantes que no quiero dejar de vivir‘.
Antes de partir al almuerzo en el hotel y todavía con los raspones y marcas que le dejó la caída el domingo en la Circunvalación, Laureano develó la cábala que según él, puede haber influido para consagrarse nuevamente en la Vuelta. ‘Tuve una cábala. Usé la misma media toda la semana y ayer (por el domingo) la regalé. Seguramente hoy (por ayer) encuentro otra por ahí‘, contó entre risas Laureano Rosas. El bonaerense que sigue cosechando cariño de los sanjuaninos. Y seguramente ahora va por más.

