La historia de León Gordillo comienza cuando a su mamá Silvina (39) le diagnosticaron en una de las ecografías que el bebé tenía hidrocefalia y que con las condiciones que presentaba no tenía esperanzas de vida. Sin embargo, aferrada a su fe decidió continuar con su embarazo y luchar por su único hijo. "Me pidieron que abortara porque no iba a nacer con vida y revirtió todos los pronósticos", relató.

Pero lamentablemente llegó al mundo con disgenesia del cuerpo calloso, es decir, que la estructura que une los dos hemisferios del cerebro lo tiene menos desarrollado de lo normal y eso le provoca retraso madurativo y malformaciones. Además, le detectaron epilepsia refractaria que es incontrolable pese a los tres medicamentos que toma por día.

León con sus yesos para corregir sus pies.

La pelea por tener una mejor calidad de vida no finaliza ahí, ya que a 15 días de haber nacido, debieron enyesarle las piernas por una malformación que presentaba en sus piecitos y cada semana le cambiaban los yesos. Secuencia que se repitió durante tres meses hasta que lo operaron y ahora continúa con su tratamiento durmiendo con zapatos especiales para enderezar sus extremidades.

Silvina contó que la disgenesia tiene tratamiento de por vida con mucha estimulación y bajo el cuidado de un equipo de médicos como kinesiólogos y fonoaudiólogos, entre otros especialistas. Lo que le preocupa actualmente son sus episodios de epilepsia. "Tiene que tomar tres medicamentos al día y aún así tiene riesgo de sufrir una convulsión. Pero el médico me dio una luz de esperanza", expresó. Según el experto, si los análisis de León arrojan que puede ser operado en el Garrahan podrá curarse de la epilepsia refractaria.

Para esto necesita reunir fondos y desde hace tiempo, Silvina, quien es masoterapeuta ha estado haciendo bingos, ferias americanas, colocando alcancías en algunos locales comerciales y hasta una estética se sumó a donar dinero de las sesiones que tuvieron en un día. Este sábado, se realizará una feria en la plaza de Concepción, de 9.30 a 13.30 y se pondrá a disposición un bono solidario de $100.

"En esta lucha estamos nosotros dos nada más. Es lo más importante que tengo y voy a hacer todo lo posible para mejorar su calidad de vida", sostuvo Silvina, la mamá que no va a bajar los brazos.