El sábado 27 de febrero, en el corazón del Autódromo El Zonda, un único protagonista (Nahuel Méndez) junto a treinta y cuatro actores, 240 bailarines y actores secundarios, una decena de extras y 30 artistas aéreos dieron vida a ‘1816, el Grito Sagrado”, un musical que bocetó las luchas de la humanidad, en todas sus épocas por alcanzar la ansiada independencia. Con diferentes estrategias artísticas todos ellos armaron una historia teatral -que tuvo detractores pero también fanáticos por el nivel cultural alcanzado- al ritmo de Charly García, que "pinceló” algunos de los valores humanos y sociales que hacen a la libertad, más allá de la Declaración de la Independencia Argentina en 1816. Valores como la dignidad,

la defensa de la tierra, el trabajo y el tener un techo, preservar la memoria y desarrollar un pensamiento libre fueron algunos de los tópicos propuestos en esa oportunidad, en la que la típica Casa de Tucumán y los congresales aparecieron elípticamente y como símbolo pero que no fueron el eje central.