En medio del discurso se le hizo un nudo en la garganta. El silencio de los expedicionarios y de la comitiva chilena inundó todo el Valle Hermoso, mientras que las banderas de ambos países flameaban. Ni bien terminó de contar en qué consistió la gesta sanmartiniana e intercambiar los saludos protocolares, Marcelo Lima se retiró de la multitud y tomó el teléfono satelital. Del otro lado estaba el gobernador José Luis Gioja. Tras escuchar atento, Lima le dijo: "Solamente faltas vos, Flaco". Fue de los momentos más emotivos de ayer, cuando los expedicionarios se encontraron con los chilenos para conmemorar el triunfo de la Batalla de Chacabuco. Esto, en el marco del décimo Cruce de los Andes, que largó el pasado domingo. Se espera que los expedicionarios lleguen a San Juan entre el sábado y domingo próximo.
Tras el temporal que azotó esa parte de la cordillera, el miércoles por la noche, ayer el día estuvo despejado y el Sol comenzó a pegar fuerte pasado el mediodía, cuando se hizo el acto. Esta es la primera vez desde que el Gobierno de la provincia realiza este Cruce, que el Gobernador no participa. Fue Lima el encargado de dar el discurso oficial, luego de las palabras de los funcionarios chilenos. Entre ellos, el titular de Agricultura, Guillermo Sánchez. Pero desde un comienzo los expedicionarios argentinos comenzaron a lagrimear. Sobre todo quienes se ponen al hombro desde hace 10 años, la organización de esta travesía. La ausencia de Gioja fue notoria, al menos para los expedicionarios que ya hicieron el cruce con anterioridad. Es por eso que en los discursos se lo mencionó más de una vez. Y ni bien terminaron las palabras protocolares y el intercambio de obsequios (este año no hubo pisco, pero sí vino) llegó la comunicación telefónica de la que pocos fueron testigos. Gioja habló primero con su hijo Camilo, que está entre los expedicionarios, y luego lo hizo con Lima que este año es quien está conduciendo la travesía.
Las 152 personas que están participando del Cruce, tuvieron que cabalgar durante tres días para llegar al límite con Chile. Fueron jornadas de 8 horas diarias arriba de una mula, sorteando el vértigo y las dificultades climáticas. Ayer, para llegar al mediodía a Valle Hermoso, salieron antes de las 8. El regreso se encaró poco después que terminó el acto. Llegaron al refugio Sardina pasada las 19.
Este año el límite fue pura emoción. Los expedicionarios argentinos no dejaron de abrazarse entre sí por haber cumplido la meta de llegar a Valle Hermoso en el tiempo estipulado. Si bien el camino hasta allá no fue tan complicado como el de El Espinacito, una periodista de Buenos Aires fue arrojada por una mula, pero no sufrió daños. Ayer el cansancio acumulado de cuatro días se hizo sentir entre los participantes. Hoy emprenderán el regreso y el camino no será benevolente. Y, según los arrieros, el clima tampoco. Lo que deberán atravesar será el sitio llamado La Honda, cuyas pendientes son tan sinuosas que muchos de los expedicionarios lo hacen caminando. Sin embargo, los arrieros aconsejan no bajarse del animal ya que dicen, sabe lo que hace y cómo apoyar las patas en los angostos senderos bordeados de precipicio.

