�Los niños de la parroquia de Andacollo, en Chimbas, formaron uno de los grupos más llamativos de la peregrinación. Con las narices rojas y tiras de colores atadas en el pelo o en la frente, y con las bocas pintadas de rojo y blanco, fueron los payasos de la jornada. Mientras que los chicos de Santo Domingo fueron los primeros ruidosos que llegaron a la Catedral. La gente se sorprendió a verlos bajar cantando del colectivo que los llevó hasta el punto de partida de la caminata.