Acompañada de la certificación que es testimonio de su autenticidad y la nota, firmada por Slowomir Oder, procurador de la causa de beatificación de Juan Pablo II, llegó finalmente la gota de sangre dentro de un relicario, para ser venerada en la Iglesia Catedral de San Juan. Es una de las 8 reliquias de primer grado de quien fuera conocido como el Papa Viajero, que se repartirán en todo el mundo y la segunda que llega a la Argentina. La primera ya fue entronizada hace algunas semanas en la parroquia Nuestra Señora de la Asunción, de Resistencia, Chaco. Para entronizarla, se utilizará un relicario que fue rescatado de la antigua Catedral de San Juan luego del terremoto de 1944. El lugar elegido para ubicarla será a un costado del altar mayor, cerca de la tumba de monseñor Orzali, quien fuera obispo de San Juan. La ceremonia se llevará a cabo el 16 de diciembre, fecha en que se recuerda la Consagración del templo a Dios, de la que se cumplen 32 años justo ese día. De ahí en más la gente podrá ir a verla. ‘Tuve la certeza de que iba a llegar, porque cuando Dios allana caminos, es porque quiere conceder una gracia. Desde el principio, todo se dio para que esta reliquia llegara a San Juan: desde el pedido al procurador de la causa hasta la llegada, porque viene en un momento muy importante para la vida de la provincia, en que la esperanza de cambio está presente‘, dijo emocionado el padre Rómulo Cámpora, quien hizo el pedido en persona ante el Vicariato de Roma. Según contó el padre Rómulo, ‘pese a que lleva pocos días en San Juan, la reliquia ya está trayendo bendiciones, porque hemos recibido testimonios de personas que vinieron a pedir y desde que llegó la reliquia, ya están viendo los frutos‘, dijo. Luego, detalló que la gota sangre de Juan Pablo II fue sacada del cuerpo del pontífice cuando aún estaba con vida. ‘Cuando le extrajeron sangre para hacerle unos análisis, su secretario personal pidió a los médicos conservar una pequeña cantidad de la misma. Luego de la beatificación, se concedió que 8 gotas de esa sangre fueran a distintas iglesias del mundo y la nuestra es una. Sin duda es un milagro de Dios para la diócesis: no es casual que esta provincia se llame San Juan, que esta parroquia sea San Juan Bautista y que el Papa se haya llamado Juan Pablo II‘, finalizó el sacerdote.