‘Si no me atendían a tiempo, no la contaba. Los médicos me dijeron que me salvé de milagro’, contó Guillermo Chirino (36), un hombre que ya lleva más de un mes internado en el Hospital Marcial Quiroga luego de que la picadura de una araña viuda negra lo dejara el borde de la muerte. Como consecuencia de la picadura, hasta tuvieron que hacerle un injerto de piel en la pierna porque el veneno incluso le generó un orificio que arrasó con piel y músculo.

El drama de Chirino comenzó a fines de diciembre, cuando estaba por ir a trabajar a un taller mecánico. ‘Cuando me puse el pantalón, sentí un pinchazo en la pantorrilla. Pensé que era una hormiga y por encima de la tela me di un golpe y luego me restregué. Pero al ratito el dolor era muy fuerte y empecé a sentir palpitaciones. Me saqué el pantalón y vi unas patitas y una pelotita negra y roja, que era lo que había quedado de la araña. Igual me fui a trabajar, pero en el taller me empecé a descomponer’, relató.

Se acercó a un puesto sanitario y le dieron corticoides, pero cada vez sentía peor y en la noche empezó a desvanecerse. ‘Mi familia me llevó al Marcial Quiroga y ahí me dejaron internado. Probaron varios antídotos, hasta que acertaron con el de la viuda negra’, agregó.

Igual, estuvo varios días para recuperarse porque incluso sufrió una reacción alérgica que afectó su piel. Una vez que fue estabilizado, la zona donde fue picado por la araña presentó complicaciones. ‘Se formó una bola negra de un aspecto terrible y se suponía que tenía que desprenderse, pero como no pasó eso, tuvieron que operarme. Cuando me la sacaron, debajo tenía un hueco en la pierna, espantoso. El veneno me había comido la piel y parte del músculo. Los médicos me dijeron que si seguía avanzando, la pierna hubiese estado en riesgo’, dijo.

Pero ahora Guillermo debe afrontar otro problema. Es que lleva más de un mes sin trabajar y no tiene dinero para comprar unas muletas, que necesitará para cuando le den el alta. ‘No esperaba vivir esta situación. No tengo ni para irme en el micro a mi casa’, se lamentó Chirino, quien además de trabajar en un taller mecánico también vende sus artesanías en la Peatonal.

El envenenamiento por la araña viuda negra se denomina latrodectismo y es un síndrome neurotóxico, potencialmente letal. El paciente siente dolor agudo, opresión en el pecho, taquicardia, dificultad para respirar y hasta genera alteraciones electrocardiográficas, hipertensión y edema pulmonar, lo que puede provocar la muerte de la persona. De acuerdo al Ministerio de Salud Pública, el envenenamiento por esta araña es especialmente grave en niños, ancianos y pacientes con patologías cardiovasculares.

Es por eso que la picadura de las arañas viuda negra, la denominada ‘de los rincones’ y la del ‘bananero’ son las tres de importancia sanitaria en el país.

Las arañas viuda negra reciben ese nombre debido a que generalmente la hembra se come al macho después del apareamiento. Mide unos 4 centímetros, es de color negro carbón brillante y posee una mancha de color rojo en el abdomen. ‘Sólo puedo decir que si alguien es picado por una araña, vaya rápido a un médico. No hay que dejarse estar. A mí eso me salvó la vida’, advirtió Guillermo.