A lo largo de los últimos 39 años, se redujo la participación de los gastos de bienes y se incrementó la de los servicios, pero sorprendentemente esa evolución se alteró en la medición correspondiente a 2008, un año después de que comenzaran las denuncias sobre manipulaciones de las estadísticas.

Los gastos en servicios fueron ganando posiciones en los últimos cincuenta años básicamente por dos razones: los adelantos tecnológicos y el abandono del Estado en áreas como Salud y Educación.

Cabe señalar que en 1960 la mayoría de los hogares no poseía televisión, la computación domiciliaria y la telefonía celular no existían y la educación y medicina privadas constituían casos excepcionales.