�Como secretario de Estado, Bertone era el trámite por el que había que pasar para llegar al Papa, y esto no gustaba, pues según surgió de los consistorios de los cardenales previos al cónclave, estos pedían un mayor contacto directo con el pontífice y eliminar el papel ‘todopoderoso‘ de esta figura. Por el momento, Bertone seguirá siendo presidente de la Comisión cardenalicia que vela sobre el IOR, el Banco vaticano, hasta completar el estudio que exigió al mismo Moneyval, el organismo del Consejo de Europa que evalúa la transparencia de las entidades. También mantendrá hasta cumplir los 80 años el cargo de Camerlengo, quien se ocupa de guiar la Iglesia en el periodo de Sede vacante, es decir el que pasa tras la muerte del Papa y la elección de su sucesor.