La realización de la XI Copa Mundial de Fútbol en la Argentina, considerada como un elemento que se utilizó para mejorar la imagen del régimen militar, generó millonarios gastos. Se encararon nuevos estadios en Córdoba, Mendoza, Mar del Plata y la remodelación casi total de River, Vélez y Rosario Central. La construcción del faraónico edificio de Argentina Televisora Color para transmitir al exterior los partidos con la tecnología que exigía la FIFA representó el punto máximo de las erogaciones del Tesoro, más allá de los millones de dólares que hubo que desembolsar para remodelar los aeropuertos y adecuar algunos hospitales públicos. En algún momento, se había estimado el costo de las obras en unos 800 millones de dólares. Otros libros estiman que esa cifra se pudo haber triplicado.