Creamos personas con identidad, fortalecidos, con capacidad de desarrollo y resolución. Los desafíos vienen bien para resolverlos en forma creativa, divertida y a través del juego. Se entrena "el cómo lo hago" y surge la imaginación.
Una propuesta lúdica se convierte en juego cuando las personas se adueñan y se comprometen con su actividad.
Surge la emotividad, factor principal en el desarrollo humano, que en el juego se muestra sin barreras. El niño exterioriza todo tanto como el adulto, entran al mundo de la fantasía y nos permite mostrarnos tal como somos.
Hay que ordenar a los niños con el uso de la tecnología en vacaciones, no quiere decir que ésta sea mala o no sirva. Simplemente establecer horarios para que las pantallas no los altere.
