Si los menores sanjuaninos se pusieran de acuerdo para pedirle un regalo único a los Reyes Magos, que llegan pasado mañana, sería una especie de oreja gigante en el mundo adulto. Es lo que sienten que les falta: participación, ser escuchados, ser respetados. Ese reclamo se volvió recurrente en un sondeo que la consultora Acierto realizó tiempo atrás entre más de 300 niños y adolescentes, en el marco de una actividad organizada por el Gobierno. Los resultados de la encuesta quedaron en manos del Ministerio de Desarrollo Humano y ese material salió ahora a la luz. Indica, entre otros puntos sobresalientes, que casi la mitad de los chicos siente que sus derechos a esa inclusión no son respetados.

"Opinar y ser escuchados", además de "ser respetados", figuran en los puestos 6 y 7 de un listado de 21 derechos de los niños y adolescentes identificados por ellos mismos, en orden decreciente según cuántos los refirieron. La cuarta parte de los menores habló de esos derechos. Fueron temas que todos quisieron tocar. Y no pasaron para nada desapercibidos, considerando que el 44,9% de los consultados dijo que sus derechos menos tenidos en cuenta por la sociedad sanjuanina en general son el derecho a ser respetado (17,9%), a no ser maltratado (15%) y a opinar y ser escuchados (12%).

En realidad, todos esos ítems son fácilmente agrupables en el eje de la participación que se les permite a los chicos en todos los ámbitos en los que se desenvuelven. Esto tiene dos lecturas que se oponen. Por un lado, desnuda la actitud del mundo adulto, que todavía es por lo general renuente a reconocer y respetar los derechos de los más chicos. Pero por el otro, deja también en evidencia que los mismos niños no tienen reparo en plantarse frente a sus mayores y pedirles ese respeto y espacio que les hace falta.

Es en esta tónica que 8 de cada 10 encuestados no ven que la opinión de niños y adolescentes sea tenida en cuenta cada vez que lo necesitan. Sólo el 19,8% opinó que "siempre" su voz en considerada, en tanto que el 67,7% dijo que eso pasa "a veces", y el 12,5% sostuvo que eso no sucede "nunca".

La profundidad de la consulta hecha entre los chicos permite entrever datos muy interesantes. Por ejemplo, que este último reclamo se repite más en las nenas que en los varones. También, que la franja etaria que hace más presente el planteo es la de los jóvenes de 15 a 17 años, es decir, en el pico de la adolescencia.

Otro dato del sondeo que ilustra la percepción que tienen los chicos sobre cómo los trata la sociedad es que sólo la mitad considera que San Juan les brinda posibilidades plenas de crecer y desarrollarse física y mentalmente. El 50,6% opinó que "todos los niños" tienen esa chance en la provincia. Pero el 49,4% consideró que "algunos sí y otros no" pueden acceder a esa puerta.



EDUCACIÓN, UNA BANDERA



Algo curioso: estudiar lidera el ranking de derechos elaborado por los propios chicos. Y al mismo tiempo, lidera también el ranking de las obligaciones. Ir a la escuela y comprometerse con el proceso educativo tiene una presencia determinante en la percepción de los niños. El derecho a estudiar es el primero que identifican, en una respuesta repetida en el 37,2% de los encuestados. La obligación de estudiar también está al tope de las respuestas, con una adhesión aplastante del 73,8%.

La escuela aparece entonces como un hábitat naturalizado para los niños. Aun cuando identifican cierta hostilidad en las relaciones dentro del ámbito escolar. Para la mayoría, se sufre más violencia en las aulas que en la propia casa o el barrio. Aunque dentro de esa respuesta mayoritaria contrasta nuevamente la opinión de las nenas, que dicen que en su hogar se sufre más situaciones violentas que en la comunidad inmediata o la escuela. Pero, más allá de los matices según el género, hay un índice que se dispara: el 68% de los encuestados, nenas y varones, sostiene que el mayor clima de violencia existe en "la noche", en "los boliches".

De ahí que menos de un tercio considere que San Juan es una provincia segura y dos tercios digan que es "más o menos" segura. O que más del 40% acuse a la Policía no sólo de no cumplir con el deber de cuidarlos, sino inclusive de maltratarlos. Por supuesto, esto último se repite sobre todo en los jóvenes de entre 15 y 18 años, sobre todo varones, que es el grupo más en contacto con "la calle".

En la encuesta, los chicos no se guardaron nada. Más de la mitad se mostró a favor del voto voluntario a partir de los 16 años, casi la mitad confesó que le gusta la presidenta Cristina Fernández (y casi el 30% dijo que le gusta "más o menos"), más del 80% declaró gustarle el gobernador José Luis Gioja (el 13,8% se inclinó por el "más o menos"). Y cuando hablaron de sus obligaciones, mostraron una coherencia sorprendente: los propios chicos, que demandan ser más respetados, de inmediato sitúan el respeto a los demás (menores y adultos) en el segundo puesto del famoso ranking de las cosas que sienten que deben cumplir sí o sí.