Muy abrigados adentro de sus uniformes verdes y sin perder la compostura ni por un momento, los chicos de la Banda de Música de Gendarmería Infantil fueron el alma del desfile cívico-militar que se hizo ayer en la provincia, el segundo de una tanda de los siete más convocantes, en el marco del Bicentenario de la Patria. Mucho antes de que empezara la concentración, ellos ya estaban apostados sobre la calle Cordillera de Los Andes, frente al Barrio Gendarme Argentino, en el corazón de la Colonia Richet Zapata, de Santa Lucía. Y aún cuando la llovizna y las negras nubes amenazaban con aguar la fiesta, ellos seguían allí de pie, poniéndole música a la fría mañana de mayo. Fueron, por primera vez en un desfile provincial, la única banda musical encargada de interpretar todas las marchas que marcaron el paso.
Con los cachetes inflados por el esfuerzo de soplar sus instrumentos y siguiendo con atención las indicaciones del director, los chicos pronto ganaron la preferencia de todos los presentes, que coreaban cuando la banda interpretaba alguna canción folclórica.
Apenas unos minutos antes del mediodía, el locutor gaucho Luis Paredes anunció que el desfile estaba por comenzar. Y entonces el Sol, que hasta ese momento se había negado a salir, empezó a asomarse entre las nubes que de a poco se fueron dispersando y mitigando el efecto del aire frío para las cerca de 1.500 personas que esperaban en el lugar. Los acordes del Himno Nacional empezaron a sonar, interpretados por los pequeños gendarmes músicos, y todos acompañaron emocionados a los chicos que, formados entre las fuerzas de seguridad y las dos agrupaciones de Gendarmería presentes, ensanchaban sus pulmones para tocar más fuerte.
La gente que ocupaba ambos márgenes de la calle se preparaba para ver pasar el desfile mientras algunos hacían circular un mate y hasta algunos vasitos con chocolate caliente, que alguna maestra precavida había llevado para que sus alumnos pudieran calentar el cuerpo antes de empezar la fiesta.
A la cabeza del desfile marcharon primero los centros de jubilados del departamento, llevando orgullosos su bandera y estandarte. A ellos siguieron las escuelas del departamento, veinticuatro en total, con una particularidad: tras las escuadras de los alumnos, seguían los docentes acompañando a sus chicos en ordenadas hileras y llevando algún accesorio, pañuelo o chalina, con los colores celeste y blanco.
La unión vecinal que oficiaba de dueña de casa, Colonia Richet Zapata, participó luego con sus pequeños deportistas, que como jugaban de locales y con hinchada propia, se llevaron los mejores aplausos. Patinadoras y bailarinas también marcharon, poco antes de que los cadetes de Policía y los gendarmes cerraran el desfile, que duró exactamente una hora.
Mientras las escuelas y fuerzas de seguridad se desconcentraban, el director de la banda de Gendarmería Infantil, Ernesto Carbajal, movió la batuta en señal de aprobación y empezó a sonar la canción que todos cantaron: el Feliz Cumpleaños para la Patria, con el que todos acompañaron a los músicos como una forma de agradecer su actuación.

