


Para los niños del asentamiento David Chávez, el día de ayer pasó a ser una fecha inolvidable. No sólo porque pudieron abandonar los precarios ranchos donde vivían para pasar a una casa digna a estrenar, sino porque vivieron la previa de esa cambio de vida hasta con baile. Fue debido al operativo de contención que organizó para ellos el Ministerio de Desarrollo Humano junto a otras instituciones gubernamentales y que incluyó alimentación y diversión al por mayor. Estas actividades se realizaron en dos sectores debido a la cantidad de chicos, 220 en total. Uno fue en Unión Vecinal Villa Elisa y el otro en la propia plaza del Barrio Cruce de Los Andes 1 y 2 donde fueron relocalizadas las familias del asentamiento, acción oficial que fue visitada por el candidato presidencial Alberto Fernández en su raid local.
A las 7, los niños ya estaban listos para arrancar el día. No les molestó tener que madrugar porque ya sabían desde el día anterior que iban a tener una jornada plagada de juegos y entretenimientos. Por eso esperaron ansiosos la llegada del equipo de extracción integrado por psicólogos y trabajadores sociales que tenían la misión de buscarlos y llevarlos a los dos campamentos. El traslado fue rápido, gracias a las 14 movilidades disponibles para ese fin.
Ni bien llegaron a la plaza del Barrio Cruce de Los Andes 1 y 2, y tras tomar un desayuno nutritivo con leche y budín, los niños comenzaron con el circuito de la diversión. Las nenas eligieron primero hacer fila en el stand del maquillaje artístico para que les pintaran la cara, mientras que los varones coparon las canchas de vóley y fútbol que improvisaron en el lugar. Y los más chiquitos prefirieron quedarse dentro de una de las carpas armando castillos con los ladrillitos o dibujando. Pero hubo una actividad a la que la mayoría se sumó: el baile.
Un grupo de scouts junto a los animadores del Programa Viví la Plaza armaron diferentes coreografías para que las nenas y varones de todas las edades bailaran hasta quedar rendidos.
Los chicos bailaron casi sin parar hasta el mediodía cuando les sirvieron el almuerzo en la carpa que funcionó como comedor. Allí sólo estuvieron por media hora aproximadamente. Es que comieron lo más rápido posible para volver a la diversión.
Un trabajo sincronizado para trasladar a la gente
Operativo. Cientos de personas civiles y uniformadas trabajaron en conjunto para erradicar el asentamiento David Chávez.
—— Epigrafe Fin ——
El movimiento de gente en el asentamiento David Chávez arrancó antes del amanecer y no incluyó a los vecinos que desde la noche anterior ya tenían los muebles en la calle y todo empacado para la mudanza. Fueron las cientos de personas abocadas al traslado de estas familias a su nuevo destino y que conformaron un ejército que trabajó de manera sincronizada y minuciosa para concretar su misión sin ningún inconveniente. Los primeros en llegar al lugar fueron los miembros de la Policía, Gendarmería, Bomberos y hasta efectivos de la Montada, que a caballo recorrieron el asentamiento de punta a punta para ordenar el ingreso y egreso de los más de 50 camiones contratados para realizar la mudanza. Entre ellos, personal de los ministerios de Salud y Desarrollo Humano entrevistó a cada familia para conocer si necesitaban algún tipo de asistencia.
Casi 20 años tras una vida mejor
María Meglioli tiene 68 años y hace 18 que vive en el asentamiento. Dijo que nunca perdió la esperanza de tener casa digna y una vida mejor junto a su marido, Mario Bolado. Agregó que lo primero que hará en su casa nueva será rezar para agradecer.
En vela a causa de la ansiedad
Ana Montero se pasó toda la noche en la vereda sentada en un sillón de plástico y con el bolso listo para la partida. Dijo que no pudo dormir por la ansiedad de la mudanza a la casa propia que compartirá con su marido y 6 hijos, más el que viene en camino.
Dejar los miedos atrás
Soledad y Nicolás hace 14 años que viven en el asentamiento junto a sus 8 hijos. Dijeron que la mudanza a la casa nueva significa dejar atrás el miedo constante de que una araña o vinchuca pique a los niños o que el techo se derrumbe sobre ellos.
Cuatro décadas tras un sueño
Silvia Quiroga hace 40 años se inscribió en el IPV tras el sueño de conseguir una casa propia. Dijo que todavía le parece mentira que se haya hecho realidad. De todos modos admitió que se sentirá triste cuando abandone el rancho donde vivió 14 años.
Contención inclusiva
En el operativo de contención también se incluyó a las personas con discapacidad que vivían en el asentamiento. Fueron 16 y recibieron la atención de personal de la Dirección de Personas con Discapacidad que los trasladó hasta uno de los campamentos donde participaron de las actividades programadas.
El equipo
180
fueron las personas que integraron el equipo para llevar a cabo el operativo de contención de los niños del asentamiento David Chávez.
