"Creo que si muelen 600 tapitas y se vende ese polvo para hacer otras cosas, con la plata que te dan se puede pagar un día de diálisis para un niño enfermo de los riñones. Y si se venden 5.000, alcanza para un tratamiento de cáncer". Gabriel Mestre no tenía bien en claro cómo el reciclado de tapas plásticas de gaseosas y agua mineral sirve y se utiliza para costear algunos tratamientos médicos que niños de todo el país reciben en el Hospital Garrahan, de Buenos Aires. Pero no necesitó conocer más detalles para querer participar de la campaña Más Tapitas para colaborar con este centro de salud. Con sus compañeros de 6to grado del Colegio Santa Rosa de Lima juntó 100.000 tapitas, en el marco de las actividades del Club Ambiental Escolar que integran con un fin ecologista y solidario.

Orgullo es la palabra que utilizaron los chicos de 6to grado para describir cómo se sintieron cuando terminaron de llenar una tercera caja con tapitas. Tan orgullosos estaban, que las colocaron a la entrada del colegio para que todos pudieran ver el resultado de un trabajo que comenzó con el ciclo lectivo 2010. Y que no se detuvo ni los domingos ni los días feriados. "Toda mi familia me ayudó a juntar tapitas -contó Valentina Putelli-. Cuando salíamos a pasear guardábamos las de las gaseosas que comprábamos, y recogíamos del suelo las que otros tiraban. A mí no me dio vergüenza hacerlo".

Federico Rossa contó que tampoco se sintió avergonzado cada vez que le golpeó la puerta a cada uno de los vecinos de su barrio, pidiendo tapitas. Y que ni siquiera le importó soportar las cargadas de sus amigos que jugaban a la pelota, mientras él recorría la cancha en busca de tapas. "Nuestra idea era poder ayudar a este hospital que, para mí, es el más grande del país por todo lo que hace por los chicos -sostuvo Federico-. Pero como formamos parte del Club Ambiental Escolar también aprovechamos para juntar las tapitas tiradas en la calle y plazas para cuidar el medio ambiente".

Y es por éste sentido ecologista que también los alumnos de 6to grado lavaron con agua y desinfectante cada una de las 100.000 tapitas que juntaron para que quedaran limpias y libres de gérmenes para el día de la entrega que será después de las vacaciones de invierno.

Según contó Natalia González, maestra de este grupo de chicos y coordinadora del Club Ambiental de este colegio, cuando retomen las clases, los integrantes del grupo solidario Más Tapitas visitarán el colegio y no sólo para llevarse el cargamento. Dijo que también darán una charla informativa sobre los servicios que ofrece el Hospital y la Casa Garrahan, y sobre quiénes pueden acceder a los mismos.