El titular, en grandes letras negras, fue la cabeza de la contratapa de Diario de Cuyo, ese 21 de abril de 1952. Sin más vueltas, anunciaba el "saldo trágico de la prueba automovilística", mientras la crónica desgranaba los datos completos: cuatro fotógrafos sanjuaninos muertos (tres de manera instantánea, el cuarto algunas horas después) y una veintena de heridos, justo antes de terminar el Circuito Sarmiento, una carrera que ya iba por su quinta edición en la provincia.
Hoy, que es el día del Fotógrafo, se recuerda la historia de Carlos Riveros, Manuel Ruiz, José Mazuelos y Juan Gómez Quiroga todos muy jóvenes, que esperaban en la última curva del circuito para registrar el momento en el que llegaban los ganadores a la meta, ubicada muy cerca de allí.
Un final muy triste para una carrera que se veía anunciando desde varios días antes, porque correría nada menos que Oscar "Aguilucho" Galvez, uno de los mejores pilotos del momento.
Cristina Riveros, la hija de Carlos Riveros, uno de los fallecidos en el accidente, todavía tiene fotos de su padre guardadas. "Yo tenía apenas un año y mi madre estaba embarazada de mi hermana menor. Lo que sé es lo que me contaron, por eso guardo sus fotos como recuerdo", cuenta con nostalgia. Carlos Riveros era fotógrafo del Diario La Acción cuando ocurrió el accidente. "Siempre trabajó de fotógrafo, era su gran pasión. Su otro amor era la música, porque le gustaba tocar la guitarra. Incluso tenía un conjunto con Manuel Ruiz, otro de los fotógrafos muertos en el accidente", relata Cristina.
Su recuerdo coincide con el registro periodístico escrito en el estilo de la época, que reflejó la tristeza de toda la provincia por lo que había pasado. Hasta la última vuelta, la carrera se había desenvuelto casi con total normalidad. Organizado por el Automóvil Club Argentino, el Circuito Sarmiento era una prueba que ya gozaba de mucho prestigio en el país, al punto que venían pilotos de todas las provincias a disputarlo porque otorgaba puntaje para el campeonato argentino. Se corría por las
calles sanjuaninas, con un trayecto de 306 kilómetros que comenzaban en Avenida Benavídez, muy cerca del Tiro Federal. Luego los corredores tenían que circular por Rastreador Calívar, Coll, Avenida Sarmiento, para terminar nuevamente en Benavídez. Eran 30 vueltas en total, con público en todos los tramos, ya que por entonces la popularidad de la carrera despertaba mucha expectativa entre la gente. Particularmente los sanjuaninos, iban a alentar al crédito local Julio Devoto, más conocido como "Ampacama" en el ambiente automovilístico.
En los días siguientes al accidente, las páginas de Diario de Cuyo reflejaron la dimensión de la tragedia (ver aparte). Desde todo el país llegaban las muestras de dolor por la muerte de los fotógrafos e incluso la propia Eva Perón hizo llegar su solidaridad con las familias de los fallecidos. "El ángel de los humildes presente ante el dolor", fue el título de la crónica, que dio cuenta del aporte que desde la Nación llegó para los deudos de los reporteros.
"Yo crecí sin padre. La tristeza para mi madre fue tan grande, que también perdimos contacto con ella, porque se fue y nunca más la volvimos a ver. Mi hermana y yo crecimos con mi abuela paterna. Ella nos contó que tuvo un presentimiento el día del accidente, como que algo malo iba a pasar. Al fin, pasó, porque eso que fue tan triste para todos los sanjuaninos, a mi hermana y a mí nos cambió la vida para siempre", asegura Cristina.

