La historia reciente de los Bravo convive con el dolor de tres pérdidas importantes. Don Leopoldo murió hace exactamente 5 años. Y en 2010, con pocos días de diferencia, fallecieron Federico Bravo, hermano de Don Leopoldo, y Leopoldo Alfredo, hijo mayor del caudillo.

Polito, como lo llamaban al primogénito de los Bravo, tenía apenas 50 años cuando se despidió, cumpliendo funciones como embajador en Rusia, y con el sueño de ser gobernador de San Juan, siguiendo siempre los pasos de su padre.

El próximo 30 de octubre se cumplirá un año sin Polito. Y el sábado pasado hubiera cumplido 51 años de edad. Laura Adámoli, su viuda, cuenta que la familia sigue viviendo en San Juan, salvo dos de sus cuatro hijos. Son las mellizas, que se recibieron en Buenos Aires en febrero de abogadas, “una meta pendiente que tenían con su padre”, según Laura.

“Es durísimo porque Leo no era una persona de pasar indiferente. Se nota demasiado su ausencia”, se lamenta ella. “En diciembre tuve que ir a levantar la casa en Rusia, fui con mis 4 hijos, con mi cuñado fernando y su familia. Cerramos un período de vivir allá”, rememora.

Y agrega: “vinieron todos los embajadores latinoamericanos, tuvimos un homenaje de despedida, fue muy triste pero a la vez reconfortante”.

Laura dice que trabaja en una fundación y que recuerda todo el tiempo a su marido.