El amplio salón de la Unión Vecinal Villa Angélica de Rawson luce impecable. A sus costados están prolijamente ordenadas las sillas, las banquetas y los juegos infantiles. A los jóvenes socios les parece increíble ver de pie a la institución vecinal que apuntalaron sus padres, después de casi una década de abandono. Ellos decidieron impulsarla nuevamente hace poco más de un año y convencieron a todos los vecinos para que se sumaran. Gracias a su compromiso por mantener la vecinal al día, recibieron beneficios de programas nacionales y provinciales y ya proyectan un polideportivo para el barrio.

‘Mi papá, que fue uno de los fundadores de la unión vecinal, antes de fallecer me pidió que me fijara qué podía hacer. La institución se vino abajo por la falta de perseverancia de los asociados. Hace casi un año y medio, entre los vecinos surgió la idea de recuperarla. Recuerdo que nos juntamos en la puerta de la sede, porque no teníamos llave para entrar al galpón, y decidimos que teníamos que revivirla‘, contó Miguel Carrizo, que a sus 31 años fue elegido como presidente de la vecinal.

Desde ese momento, apelaron a distintos recursos para captar a los vecinos. ‘En las 5 cuadras que abarca la Villa, fuimos casa por casa invitando a la gente. Repartimos folletos y recorrimos las calles con altoparlantes. Fue un orgullo ver que casi todos se sumaron a la primera reunión‘, dijo Miguel.

El trabajo que les esperaba era titánico. El galpón no tenía parte del techo y los baños y la cocina estaban destruidos. ‘Cada uno aportó desde lo que tenía: desde un tarro de pintura a una bolsa de cemento. Mientras tanto teníamos que arreglar la parte legal porque la institución debía 6 balances. Personería Jurídica nos dio 6 meses para regularizar la situación y en 4, ya teníamos todo al día‘, comentó el dirigente vecinal.

Entre los socios decidieron que podían aportar $5 por grupo familiar y que pondrían en condiciones el salón para alquilarlo para eventos. ‘Ese es el puntal de nuestros ingresos, con el que hacemos frente al pago de servicios y de cobertura médica. Además, para mantener nuestro cupo de asociados implementamos un sistema de premios. El socio que está al día recibe $110 mensuales para pagar su boleta de luz. Es una retribución por el compromiso con la vecinal‘, señaló Carrizo.

Entusiasmado por los logros de la gestión, señala cada rincón que se recuperó o refuncionalizó de las instalaciones. Entre ellos, están los nuevos baños y el escenario en los que trabajó una cooperativa del programa Argentina Trabaja. Pero al llegar al jardín maternal ‘Todos los patitos‘, que funciona al lado del salón, Miguel y sus compañeros remarcan lo increíble que les parece esa obra. ‘Acá vienen 17 chicos de entre 1 y 3 años. Tenemos cuatro señoritas que les enseñan y que les sirven la copa de leche. El año que viene queremos darles música y gimnasia‘, contaron casi al unísono.

Más allá de que la semana que viene cerrarán el año de actividades del jardín y los talleres, ya tienen la mente puesta en otro proyecto. ‘Queremos construir un polideportivo al lado del CIC de Villa Angélica. Es nuestro sueño y el de las 79 familias asociadas que confiaron en esta nueva generación‘.