Los túneles más largos son los ferroviarios. El Seikán de Japón y el San Gotardo de Suiza superan los 53 kilómetros de extensión, aunque ambos conectan localidades en sus propios territorios. El Seikán y el Eurotúnel, que en sus 50,5 kilómetros une Inglaterra con Francia, presentan el detalle de que parte de su recorrido es submarino.
