Que ningún adolescente concurriera a una consulta, fue el disparador para que los médicos decidieran poner en práctica algunas estrategias para captar pacientes menores de 18 años. Esto ocurrió en el centro de salud Las Margaritas, en Villa del Carril, Capital, donde los especialistas van a las escuelas para atender a los chicos y para enseñarles técnicas de prevención sanitaria. Lo hacen fuera del horario laboral y sin cobrar por ese servicio.
La primera estrategia que pusieron en práctica estos profesionales fue recorrer la sala de espera del centro de salud para invitar al consultorio a los chicos que acompañaban a sus madres. Y una vez que los convencían, los hacían seguir un circuito por todos los consultorios. Pasaban por el de Odontología hasta el de Ginecología, para un chequeo general. La estrategia sirvió, pero los médicos querían obtener mejores resultados. Fue cuando decidieron salir a buscar pacientes adolescentes en las escuelas. “Quisimos entablar un vínculo con los chicos y despertarles el interés por cuidar su salud. Para ello decidimos colocar urnas en las escuelas para que los alumnos de los últimos años de la primaria y los de la secundaria dejaran en forma anónima sus inquietudes y preguntas referidas a un tema de salud. En base a las consultas, organizamos talleres para darles en clase. El tema más consultado fue el de la sexualidad”, dijo Andreína Debes, psicóloga de Las Margaritas.
La especialista agregó que durante estos talleres descubrieron que la mayoría de los chicos sentía la carencia de un adulto que los guíe e imponga límites como también el desinterés por cuidar su salud. Esta actitud se está revirtiendo también gracias a la colaboración de los maestros y profesores. Dijo que los docentes les dan a los chicos tareas de investigación sobre temas de salud, que deben completar consultando a los especialistas de este centro, lo que los obliga a concurrir al mismo.
Además de las estrategias para captar a pacientes adolescentes, los médicos del centro de salud Las Margaritas tuvieron que idear otras tácticas para evitar la deserción de la consulta. Optaron por atender a los chicos cualquier día de la semana y en cualquier momento de la mañana para que no tengan que madrugar ni pedir turno. Esta fue otra herramienta que, según los médicos del lugar, también ha dado buenos resultados. “Ahora los chicos vienen y te golpean la puerta para que los atiendas. Muchas veces las consultas no tienen nada que ver con la salud, sino que ellos la toman principalmente como una oportunidad de conversar con un adulto que los escucha”, dijo Andreína Debes.

