Estaban avisados, pero igual se asustaron. Cuando sonó la sirena de alarma y se cortó la energía eléctrica los pequeños dieron un salto en la oscuridad para buscar protección debajo de los bancos, mientras la maestra les pedía que no se asustaran y mantuvieran la calma. Esto es lo que vivieron los alumnos de la Escuela Balcarce de Santa Lucía, donde ayer se desarrolló un simulacro de terremoto para que los chicos aprendan qué hacer durante un siniestro de este tipo. Fue organizado por el municipio de ese departamento, en el marco de una campaña de prevención y en conmemoración del terremoto que azotó a Caucete el 23 de noviembre de 1977.

Ni bien los chicos se protegieron debajo de los bancos, comenzaron a contar en vos alta hasta el número 60, ya que un sismo en promedio y según las estadísticas, nunca dura más de un minuto. ‘¡No se paren que se van a marear!‘, gritó una de las nenas que había leído el manual con recomendaciones de cómo actuar durante un terremoto que entregó el municipio de Santa Lucía a todas las escuelas del departamento. Aunque la advertencia de la pequeña fue válida, no hizo falta. Todos los chicos permanecieron bajo los bancos hasta que pasó el minuto.

Luego, en fila india, salieron del aula protegiéndose la cabeza con ambos brazos, pero no pudieron salir de la escuela. Es que simularon que los escombros de las aulas derrumbadas obstruyeron la salida y los chicos tuvieron que dirigirse al patio trasero, sorteando el incendio que se originó en el edificio.

Ya en el descampado, los más grande hicieron una ronda para proteger a los más chicos hasta que llegara la ayuda. A cuatro minutos de producido el siniestro llegaron los bomberos voluntarios de Santa Lucía para evacuar la escuela y terminar con el simulacro que duró 15 minutos.