La casa de los Mercado, donde funciona una humilde panadería rawsina, fue el epicentro de un verdadero clima navideño. Harina por todos lados, pasas de uva, frutas secas, masa preparada, recipientes y utensilios de cocina, máquinas mezcladoras y más de 40 manos solidarias, convocadas por la agrupación Posibilidad para Todos, estuvieron dispuestas a trabajar durante todo el día a cambio de una sonrisa. Habían juntado los insumos gracias a donaciones del grupo CAMI y el objetivo era amasar y hornear panes dulces para familias más carenciadas que las propias, de por sí bastante humildes.
La tarea comenzó temprano la mañana del martes y el único recreo que hicieron fue para comer una picada al mediodía. Pasadas las 2 de la madrugada de ayer seguían saliendo del horno los panes dulces calentitos. Y esa era sólo la primera tanda destinada a las 150 familias de Villa Costa Canal (ubicada al límite de Rawson y Pocito). A eso de las 6 de la mañana, Sandra Pérez, la presidenta de la agrupación, ya estaba nuevamente de pie embolsando los panes para llevarlos a la villa a media mañana.
Un Papá Noel, algunos payasos vestidos con retazos de telas que las fábricas de ropa desechan y mucho espíritu solidario fue suficiente para hacerles la mañana un tanto más alegre a los niños que andaban descalzos por las calles de tierra de la Villa Costa Canal. Rápidamente instalaron una mesita, algunos platos, cortaron algunos panes dulces y pidieron a las mamás que trajeran vasos desde sus precarias casas de caña y nailon. Con timidez, las familias se fueron acercando de a poco y nadie se animó a tocar nada de la mesa hasta que Sandra, que es una visitante ya muy frecuente del lugar y querida por sus habitantes, les dijo "pidamos tres deseos, levantemos los vasos y digamos feliz Navidad". Así comenzó el festín.
"Es pan dulce casero de verdad", dijo contenta una mamá. Mientras tanto, Papá Noel había cargado en su bolsa varios panes enteros y, en una bicicleta que le prestó uno de los vecinos, recorrió las casas de la villa dejando uno en cada una. A su vuelta, lo estaban esperando algunos niños para darle en la mano la carta celosamente doblada en la que habían escrito sus pedidos para Navidad.
El trabajo de este Papá Noel y sus acompañantes no terminó allí. Tenían que seguir amasando y embolsando más de 500 panes dulces solidarios para llevarlos al resto de los destinos acordados. Por la tarde, irían a la Villa Navidad, ubicada al límite entre Pocito y Rawson, y hoy los esperaban en el Hogar de Ancianos, Calingasta y Sarmiento. La movida solidaria termina esta noche con lo que Posibilidad para Todos denominó "Navidad para Todos", que consiste en una cena de Noche Buena con invitación abierta a todos los que no tengan dónde o con quién pasarla. Para ello, Sandra decidió abrir las puertas de su propia casa ubicada en el Barrio La Estación, manzana 25, casa 24, Rawson.
