El legado de los jesuitas sanjuaninos del siglo XVIII hoy tiene una continuidad con sus seguidores laicos nucleados en la Fundación El Camino, además de un sacerdote nacido en San Juan, que trabaja en Mendoza. Son 18 comunidades distribuidas en buena parte de la provincia, con cuadros de no más de 10 personas. Si bien El Camino tiene menos de tres años de vida, pasaron de unos 10 integrantes a más de 150, que realizan acciones solidarias y tienen charlas y ejercicios espirituales con sacerdotes de la Compañía de Jesús, que los visitan periódicamente.
‘La nuestra es una comunidad EFEC, es decir, Equipo de Formación Espiritual Cristiana, conformada por adultos, jóvenes y adolescentes. Trabajamos con la espiritualidad ignaciana, que se basa en una centralidad en la persona de Jesús, nos alimentamos de la palabra de Dios y la Eucaristía y vivimos en comunidad al servicio de la Iglesia’, resumió Irma Cáceres, presidenta de la fundación.
‘Tenemos la espiritualidad de gente inquieta y una actitud de gratitud frente a la vida, de atención al hermano, de ánimo y generosidad para servir a la Iglesia’, agregó.
Los jesuitas laicos sanjuaninos se reúnen en su sede del barrio Aramburu y celebran misas regularmente en la parroquia Madre de Dios. Reciben varias visitas al año de los padres Walter Obregón, Rubén Strina, Salvador Verón y el sanjuanino Germán Guidi, quienes realizan talleres, cursos y los ejercicios espirituales, que son la experiencia base de los jesuitas.
La Fundación trabaja a su vez para contar con una casa de retiro y para construir un taller de artes y oficios, para poder capacitar a los jóvenes. Además, suelen dar charlas de liderazgo y trabajan en conjunto con algunas parroquias departamentales.
Sus integrantes sigue de alguna manera la concepción de la Compañía de Jesús, que emula a una unidad militar. Así, primero se formaron los cuadros y lentamente se fueron abriendo, siempre con grupos que no superan las 10 personas. Por eso, si en menos de 3 años pasaron de un puñado de integrantes a más de 150, creen que ahora con la llegada de Bergoglio al máximo cargo de la Iglesia católica, el número seguirá creciendo.
Por otro lado, el vínculo entre los jesuitas y su comunidad laica es de ‘mucho respeto y cariño’ con el Arzobispado, según indicaron. Cada vez que los jesuitas visitan a San Juan, saludan a monseñor Delgado y le cuentan las actividades que realizarán en su diócesis.
EL REGRESO, UN SUEÑO:
En la Fundación El Camino se ilusionan con tener una residencia jesuita en San Juan después de la expulsión de 1767, pero desde Buenos Aires lo ven improbable. El sacerdote Salvador Verón, quien trabaja en aquella provincia, indicó que ‘eso es un anhelo de la comunidad sanjuanina, aunque es poco probable que se concrete’.
‘Sucede que entre Argentina y Uruguay somos apenas 160 sacerdotes jesuitas, realmente muy pocos, a la vez que nos hemos instalado donde hubo menos recursos misioneros o donde creíamos que teníamos que estar’, apuntó Verón.