El efecto invernadero es provocado por los gases que ascienden a la atmósfera, deteniéndose y formando una capa que impide que los rayos del sol salgan, por lo que se calienta la Tierra, el anhídrido carbónico (CO2) es uno de ellos.. Los ciudadanos de Londres ya están cuestionando la compra de alimentos que para ello deben ser transportados largas distancias ya que generan calentamiento global. Ocurre que para producir los alimentos y transportarlos se queman hidrocarburos, es decir, se generan las temidas emisiones de carbono que, suspendidas en la atmósfera, forman parte de los gases de efecto invernadero. Y ahora los consumidores quieren saber cuántos de esos gases se emitieron para producir y trasladar sus alimentos. Es decir, conocer la “huella de carbono” que dejaron tras de sí lo que comen. Y en esto los ingleses llevan la delantera. Ya en 2007 un sondeo realizado en Gran Bretaña indicó que el 57% de los consumidores prefiere comprar alimentos locales. De ahí a empezar a pedir el registro para cada producto hay un paso. Algunos supermercados y otros importadores de fruta europeos han comenzado a requerir información respecto de los valores de emisión de los productos para demostrar a sus consumidores que sus compras poseen menor impacto ambiental que las de competidores que no consideren este factor. Y si bien por ahora los consumidores están pidiendo principalmente una etiqueta que indique el rango de emisiones, falta poco para que exijan además poder verificar la información a través de páginas web u otras fórmulas a las que puedan acceder. Actualmente en la mayoría de los sectores no se sabe con exactitud cuántas son las emisiones de los productos que producen. Pero podemos brindar algunos avances de los sectores más adelantados en la materia: * El 1 de enero de 2011 empezará a regir en Francia la ley Grenelle 2. A partir de ese día, los productos con mayor impacto ambiental -como los alimentos y derivados- deberán informar sobre las emisiones de gas de efecto invernadero que generó su elaboración y transporte. *Las cadenas de supermercados van a empezar a pedir a sus proveedores un análisis de trazabilidad de carbono. *Chile espera en poco menos de un año tener lista la metodología que determine la huella de carbono de los productos exportados de origen agropecuario, junto con la elaboración de un software que permita a los exportadores ingresar sus datos y sacar su huella de carbono. Ya están empezando a medir lo que ocurre con las manzanas de la Región Metropolitana y la VI Región. * Las frutas primicias como la cereza, por ejemplo, la huella de carbono es mayor porque se transporta en avión, a diferencia de la manzana que se trasporta en barco. *Las bodegas de Chile, apoyadas por Cristalería Chile, cuenta con una botella elaborada con entre 10 y 15% menos de vidrio, y al ser más liviana colabora en el ahorro de emisión por transportes que es donde, hasta ahora, el sector ha visto que causa más impacto en la emisión de carbono. *Europa miran la huella de carbono de la carne. *Australia y Nueva Zelanda ya se pusieron a armar la huella de carbono de algunas frutas y de cordero “y han demostrado que haciendo un análisis del ciclo de vida del producto, desde la provisión de insumo hasta que llega a la góndola en Europa, emiten menos que los europeos por ser sistemas menos intensificados. También allí están avanzando en nuevas dietas para vacunos de feed lot que provoquen menos gases. *Tesco, una de las cadenas de supermercados que comercializan carne argentina en Inglaterra, comenzó a incorporar la Huella de Carbono en 20 artículos y pretende extenderlo a 100%. *El vino es uno de los productos que menos contaminación provoca, pero es el único que llega con etiqueta a la mesa. De esta manera, el interés del consumidor por saber cuánto contamina es alto. *Una de las mayores deficiencias del vino es el vidrio, ya que su elaboración requiere un proceso sumamente intensivo en energía. Quieren hacer botellas de menor peso, reciclar o cambiar a energías no convencionales, como gas natural.. *Otro de los procesos que hace subir los niveles de carbono en el vino es el transporte. “Para nuestros países, los destinos de exportación están alejados y además del traslado de los vinos, deben incluirse los viajes que hacen los gerentes. *Levantar la huella puede costar unos 10 mil dólares y la certificación anual debe hacerse con la empresa elegida por el importador, como por ejemplo, Cousegurity o Price, entre otros, lo que tiene un costo de 20 mil dólares. * La industria forestal tiene un plus. Su materia prima, los bosques, les permiten a las empresas propietarias contrarrestar su propia huella de carbono.Puede ser una ventaja distinta porque sólo Chile, Brasil e Indonesia tienen empresas forestales integradas donde la captura de carbono compensa las emisiones derivadas de sus propios procesos industriales y de transporte. La industria americana, por ejemplo, ya dejó de ser dueña de los bosques. Food Miles La “food miles” es la distancia que debió recorrer un producto parar llegar a la góndola de un supermercado. Por ejemplo, desde Argentina a Inglaterra una fruta recorre más de 10.000 kilómetros. Si para medir las emisiones de carbono sólo se tomara estas Food Miles- , estaríamos en clara desventaja respecto de la misma fruta pero producida en España. Pero la huella de carbono, además de la distancia, mide las emisiones generadas durante todo el ciclo productivo. El concepto de Food Miles es utilizado por movimientos y organizaciones que desean promover el consumo de los productos de origen local a fin de mantener puestos de trabajo, lo que se presenta bajo la justificación de proteger el medio ambiente, a través de un menor consumo de productos de procedencias más lejanas. . Por ejemplo, un estudio hecho en Colombia llegó a la conclusión que la huella de carbono de sus flores puestas en Europa, a pesar del traslado en avión, emiten menos CO2 que las flores producidas en el mismo continente. La razón es que en Europa usan invernaderos, calefacción, en cambio Colombia tienen sol, por lo que al final el balance de las emisiones es favorable. Los estudios aún no están listos, pero se cree que algo similar puede pasar con frutas y hortalizas de exportación de Sudamerica.