Unos donaron parte de su sueldo, otros diseñaron e hicieron la ropa y hasta algunas niñas donaron su cabello para agradecerle. Así, los vecinos de los barrios Talacasto, 19 de Noviembre, Agua Negra y 7 Conjunto, de Chimbas, cumplieron su sueño: tener una imagen grande de Nuestra Señora de Guadalupe. La compraron con mucho esfuerzo y ahora la imagen los lleva a juntarse al menos 1 vez por semana. Dijeron que les costó cerca de 30.000 pesos.
La idea de tener una imagen propia nació cuando decidieron armar una comunidad religiosa. Desde la Parroquia de San Cayetano les dijeron que eligieran una advocación. La mayoría quería que fuera Fátima. Sin embargo, los chicos de la catequesis pidieron que fuera Guadalupe. Pues ellos veían la novela ’La Rosa de Guadalupe’ que contaba la historia de la patrona de México. Ahí los papás aceptaron y comenzaron a saber de esta advocación. ’Pero esa no fue la única señal que recibimos. Fuimos a contarle la decisión de elegir esta advocación, a una mamá vecina que perdió a su hijo en un accidente doméstico y ella llorando nos mostró que un día antes de que el niño muriera le había regalado un denario con una imagen de Guadalupe. No lo dudamos, ella nos había elegido como su comunidad’, dijo Gladys López una de las que dirige el grupo, que todos los sábados se reúne para hacer catequesis familiar.
Desde ese día nada fue igual para los vecinos de estos barrios. Comenzaron a buscar fondos para poder tener una imagen para rezarle, pedirle favores y agradecerle. Primero compraron una estatuilla pequeña que, hoy recorre las casas de los barrios según la demanda. Después empezaron a ahorra dinero y a hacer donaciones, pues querían una imagen bien grande. ’Unos artesanos conocidos nos hicieron la imagen y nosotros nos encargamos de hacerle desde la corona hasta el vestido’, dijo Néstor Lucero, el vecino que le da asilo a la imagen que mide cerca de 2 metros.
’Mi trabajo fue muy duro y en mis años de peluquera fue el desafío más grande’, contó Fabiana Tejada, la vecina que se encargó de recolectar cabello y de armar ’cortinas’ para hacer la peluca de Guadalupe. Ella contó que fue una tarea emotiva, pues el pelo fue donado por varios fieles, entre ellos tres nenas que llevan el nombre de la patrona y que fueron salvadas de problemas de salud extremos. Entre esas niñas, está su sobrina que nació y estuvo casi un mes en incubadora.
Guadalupe Milagros, es una de las niñas. Hoy tiene 11 años, pero hacía más de 5 años tenía guardaba en su casa el cabello que cortaron por primera vez cuando era pequeña. Su mamá contó que ella esperaba un hijo varón, pero que cuando nació la nena no sabía cómo llamarla. Ahí se acordó de una enfermera que previo al parto le habló de Nuestra Señora de Guadalupe y de lo protectora era. ’Cuando nació se pasó el tiempo del embarazo. Nació con muchos problemas de salud y la dejaron en Neonatología por muchos días’, dijo la mamá de la nena que prometió entregarle su cabello alguna vez para agradecerle.
De esta manera todos los vecinos pusieron su granito de arena. Pero no se quedaron ahí. Ahora tienen otro objetivo en mira: construir una gruta para que Nuestra Señora de Guadalupe siga protegiendo esos barrios que se unieron y solidarizaron gracias a ella.
