�Desde la recuperación democrática, en 1983, se registraron 382 vetos presidenciales, es decir un promedio de más de 12 por año. Eso sí, la medida nunca ha sido tan anticipada como en el caso de la ley antidespidos con el que Mauricio Macri debuta en esa práctica.
Carlos Menem (1989-1999) fue el presidente que más leyes vetó: un total de 195. El 12,5 por ciento de las que llegaron a su firma. Pese a que aventajó largamente a su predecesor, Raúl Alfonsín (1983-1989), que vetó 49 (el 7,5 por ciento), el riojano fue superado en el promedio de leyes desechadas por Eduardo Duhalde (2002-2003), que devolvió el 20,4 por ciento de las que le llegaron (fueron 37 vetos) y Fernando de la Rúa (1999-2001), que lo escolta con el 14,1 por ciento, a partir de sus 46 vetos totales y parciales.
En los mandatos de Néstor y Cristina Kirchner se produjo la menor proporción de vetos. El 6 por ciento en el período del santacruceño (2003-2007), que apeló a la medida 36 veces y apenas el 2 por ciento durante los ocho años cristinistas, en los que se registraron 18.
Los Kirchner fueron los únicos que no debieron soportar el rechazo legislativo a alguno de sus vetos, para lo cual ambas cámaras deben contar con el voto de los dos tercios de los presentes.
En cambio, a Menem le invalidaron 30 de sus vetos parciales o totales, 5 a De la Rúa, 3 a Duhalde y sólo uno a Alfonsín. Cristina apeló sólo dos veces al veto total, pero carga con uno de ellos sobre sus espaldas, el de la ley del 82 por ciento móvil a los jubilados.
