Por la ruta provincial 12, a pocos metros hacia el Oeste de la puerta de ingreso al autódromo El Zonda – Eduardo Copello, las huellas del daño ya forman parte del paisaje de la Quebrada de Zonda, en Rivadavia. Se trata de decenas de grandes y añejos eucaliptus que, a falta de parrilleros, son usados como cobijo natural para proteger del viento los fuegos armados para hacer asados y, en consecuencia, están todo quemados. Desde el municipio afirman estar al tanto del tema, dicen que ya han hecho la denuncia a Medio Ambiente pero que, en estos casos, es imprescindible detectar a las personas en el momento justo en que están prendiendo el fuego y eso no fue posible.

Las pruebas de la práctica dañina están a la vista. Casi la mitad de los más de 200 ejemplares que hay frente al autódromo y hasta el reservorio de agua, que está a unos 500 metros al Oeste de allí, tienen la base de sus troncos negras y ahuecadas por las llamas. La mayoría tiene más de un metro de ancho y se ha convertido en un refugio ideal para los asadores que frecuentan el lugar. Es que esta práctica es tan frecuente que ya se ha formado en esos árboles una especie de cueva hecha de sólidas paredes de madera quemada y techos tiznados, y en las que se puede ver una por una las gruesas capas de corteza que se han ido quemando con cada asado.

El pasto que rodea estos árboles tampoco se salvó de tantas veces que ha sido incendiado y las pocas chepicas amarillentas que quedaron ya no se pueden recuperar. "Cada tanto ves a alguno que hace fuego ahí. Acá les decimos que se vayan a los parrilleros, pero no podemos hacer nada más. Lo que pasa, también, es que hay pocos parrilleros o están rotos", comentó la encargada del quiosco que está junto al reservorio de agua.

La zona es limpiada y cuidada por el municipio de Rivadavia. El encargado de Obras y Servicios, Carlos Robledo, dijo que, en sus recorridas, informan a la gente que eso no se puede hacer, pero que no han podido detectarlos justo cuando están haciendo el daño. "Hemos hecho la denuncia a Medio Ambiente y ellos serán los encargados de dar una respuesta al tema. De todos modos, lo ideal sería que los que vean estos actos los denuncien a Medio Ambiente o al 911", dijo Robledo. Y agregó que está prevista en los próximos días una mejora en los parrilleros existentes.

Los que también frecuentan la zona son los oficiales de la Policía Ecológica, aunque, al igual que el municipio, contaron que en muy contadas veces han podido detectar a una persona justo en el momento en que está prendiendo fuego. "Si encontramos a alguien en esa situación le labramos un acta de inmediato -la multa mínima es de entre 20 y 30 días de cárcel ó 3.000 pesos-. Si no, lo único que podemos hacer es advertirles a los que están en el lugar que no hagan fuego en los árboles", dijo un oficial de la Ecológica.