"Soplen fuerte”, dijo el mago Bombín. Y todos los niños que coparon la plaza pocitana inflaron los cachetes. Mientras, en el Parque de Rawson, los chicos se sentaron como indios sobre el pasto e hicieron un picnic para disfrutar el chocolate. En ambos casos, los padres y madres los acompañaron y tomaron mates bajo el sol. Así, las familias festejaron ayer el Día del Niño.
Los más de 4.000 chicos de Pocito, según los organizadores, tuvieron que hacer tres filas de más de una cuadra para conseguir su vaso de chocolate. Detrás de los mesones, personal del municipio servía los 1.000 litros de leche. Desde donde ellos estaban, se escuchaba la voz de Bombín, que había invitado a varios chicos a subir al escenario para hacer trucos. El mago hizo desaparecer una botella de gaseosa y realizó varios pases mágicos mientras trabajaba con pañuelos. Pero, lo que más sorpresa generó fue la aparición de una paloma que levantó y bajó un ala cada vez que se lo pidieron.
A su vez, ni bien los soldados sacaron la primera jarra de chocolate en Rawson, unos 7.000 niños se apuraron para conseguir su vaso, caminaron con cuidado para que no se les volcara una gota y se sentaron junto a sus padres en el pasto.
Así, alrededor de las 16.30, el parque se transformó en un picnic gigante, lleno de niños que festejaban cada ocurrencia del payaso Lalala.
Después, en ambos departamentos llegó la hora del sorteo de juguetes y bicicletas. Y todos los niños terminaron su día con grandes sonrisas.

