“Seguimos con graves dificultades para conseguir mano de obra. La gente que tiene beneficios de planes sociales no quiere trabajar en la cosecha”, se quejó ayer el dirigente agrícola Alfredo Figueroa. El tema no es nuevo y se agrava cada año, lo que causa dolores de cabeza al productor a la hora de levantar las cosechas. “En todos los empaques de ajo hay reducción de gente este año otra vez. La gente no quiere que la pongamos en libros y en negro no podemos trabajar por el riesgo de las inspecciones laborales”. “Y los que están en blanco -agregó- trabajan 3 o 4 horas, sacan 70 u 80 pesos y se van, porque dicen que con eso les alcanza”.