Además de apostar en un futuro cercano a la contención de enfermos terminales (que ellos en la jerga interna de la entidad llaman “patroncitos” porque serán quienes los manden y para quienes respondan), la Fundación Manos Abiertas desde hace unos cuantos años ya, lleva adelante un servicio gratuito de rehabilitación integral para niños discapacitados neuromotrices (a causa de parálisis cerebral, síndrome de down u otras problemáticas similares) que no cuentan con cobertura social ni medios económicos para recurrir a otro tipo de ayuda. Esto lo hacen en su espacio conocido como “Talitha Qum” que funciona en General Paz 766 (Este), los días martes y jueves de 7.30 a 12.30, y miércoles y viernes de 17 a 20. En estos momentos, hay 30 niños que están recibiendo atención del equipo de kinesiólogos, psicólogos, fonoaudiólogos y psicopedagogos. La Fundación Manos Abiertas nació en ámbitos de la iglesia jesuita de San Ignacio de Loyola, pero como ONG conformada por laicos, está abierta a todo tipo de persona, pertenezca o no a la religión católica y que básicamente quiera trabajar por los más necesitados. Cuentan con el asesoramiento espiritual del padre Angel Rossi, quien el fin de semana pasado estuvo en San Juan “incentivándolos a seguir adelante” a través de un retiro espiritual. El trabajo en la fundación está basado en el voluntariado y la entrega solidaria al prójimo.