Después de que las bombas estallaron, avanzaron todos juntos. Los niños, las mujeres, los changuitos con los bebés y algunos hombres hicieron que el maratón se convirtiera en una marea humana. Y como si la multitud fuera poca cosa, lograron teñirla de rosa con remeras y gorras haciendo juego. Así, la Municipalidad de la Capital, la Fundación Sanatorio Argentino y Banco San Juan conmemoraron ayer, junto a más de 2.000 personas, el Día Mundial de la lucha contra el Cáncer de Mamas. El maratón fue por las calles del microcentro.

La convocatoria fue increíble y sorprendió a la gente de la organización, mientras que la buena onda de todos los que participaron fue aún mayor. Y si bien muchos se animaron a hacer el recorrido corriendo, otros lo hicieron caminando, a paso lento. Es que lo importante era competir y demostrar que todo se puede. Y si bien la mayoría de los competidores eran mujeres, muchas eran pacientes que vencieron este cáncer, los niños fueron los que más entusiasmo le pusieron a la mañana.

El maratón comenzó pasada las 11 en la puerta de la Municipalidad de la Capital. Desde ahí, los casi 2.000 participantes rodearon la plaza Aberastain y por Ignacio de la Roza se dirigieron hasta la plaza 25 de Mayo, para finalizar en la puerta del banco, en Entre Ríos y Central.

En este trayecto de 1 kilómetro, las mamás que corrieron con sus hijos en brazos o en los hombros y las familias completas, incluidos los abuelos, que dijeron presente a ritmo lento, fueron las postales más emotivas. Además del maratón, la jornada estuvo colmada de emociones. Es que, después de que todos los inscriptos terminaron el recorrido, llegó el turno de las anécdotas. Desde un escenario improvisado, varias mujeres que le hicieron frente a la enfermedad compartieron sus experiencias y aconsejaron a cada uno de los presentes. Ahí las lágrimas de la gente y la alegría de estas mujeres hicieron que fuera imposible no sensibilizarse.