Después de la locura del ingreso del ídolo al club, el partido fue seguido con admirable atención por todos. Hubo “cargadas” lógicas. Especialmente a los rivales del equipo de Palermo. Más todavía cuando el intendente Hensel, calentando en la previa, tiró dos veces la pelota fuera del campo de juego. Pero después el mandatario municipal dejó en claro que anda bien en el fútbol. Igual que el vicegobernador Sergio Uñac. Que se mostró como un jugador que “mete” en el medio y que sale bien en ataque. Palermo estuvo en todas las del primer tiempo. En la primera metió un gran pase para que Mauricio Cortéz, que en Sarmiento lo dicen Palermo desde chiquito (se dejó el “jopo” en el pelo como el Titán). Después marcó el segundo y también el tercero, éste de penal. Cada vez que Martín tocaba la pelota partía un ¡¡ohh!! de los costados de la cancha. Nunca pudo cabecear cómodo, pero siempre fue solidario en el juego. Cuatro veces tiró caños. En dos le fue bien, pero en las otras perdió la pelota. Saludó a sus compañeros y se ganó un córner a pura “mentira” cuando se lo pidió al árbitro que “compró” tras un ataque. No hay caso. Puede haber dejado de jugar de manera profesional, pero las mañas y la calidad las tiene intactas.
