A un periodista foráneo que vino a cubrir la carrera de TC 2000 le llamó la atención el ruido de gritos y silbatos que se colaban por la habitación de su hotel. Pensó que podía ser una manifestación por un reclamo social y fue a ver qué pasaba. Pero lo que descubrió le llamó aún más la atención. Darío Barrionuevo, corresponsal argentino del diario Washington Post, vio a más de 300 chicos jugando al vóley en 40 canchitas armadas en plena Avenida Central y a pocos metros de la Plaza 25 de Mayo. "Parece un piquete del vóley", dijo y se quedó a charlar con los organizadores. Y es que en la siesta de ayer, la Municipalidad de la Capital y la Federación Sanjuanina de Vóleibol organizaron la llamada Jornada de Vóleibol Infantil en Avenida Ignacio de la Roza, entre Mendoza y Entre Ríos, como una forma de promoción de la disciplina.

Bloqueos, saques de fuerza y hasta tirarse al pavimento con tal de salvar una pelota, todo en versión mini y como a los chicos les salía, eran las postales en la Central, con largas redes que iban de vereda a vereda. Las canchitas estaban divididas por edades y se distinguían por grandes números, que iban de 9 a 14 (indicando los años). Y lo curioso es que algunas quedaron reducidas de tamaño por dueños de autos que los dejaron estacionados. En las dos horas que duró la actividad, sólo una mujer sacó su camioneta, para lo cual hubo que levantar red por red hasta el vehículo llegó a la Mendoza.

Los chicos jugaron 5 contra 5 y a medida que terminaba cada partido, los equipos (que podían ser mixtos) iban rotando. Celia, mamá de una jugadora de Ausonia, fue a acompañar a su hija muñida de mate, termo y reposeras. "Cuando juega la nena, vamos todos en familia. Mi esposo anda por ahí con la más chica, que también quiere jugar", dijo. Los padres, sentados en los cordones o las escalinatas del banco y la AFIP, fueron los pacientes hinchas de los chicos.

A su vez, mientras los jugadores de la Selección sanjuanina Sub 18 tiraban algún consejo, el director técnico del UPCN Vóley campeón, Fabián Armoa, se paseaba entre las canchitas mirando a los niños. "Todo lo que sea promoción del vóley hay que apoyarlo. Con UPCN el año pasado salimos a hacer clínicas en departamentos alejados y nos fue muy bien. Estas actividades hay que repetirlas cuantas veces se pueda", indicó Armoa. Para el cierre, en tanto, quedaron los regalos, ya que hubo sorteo de remeras y pelotas.