Los cuatro chicos de Martín Quiroga, vecino de Las Cañitas, departamento 9 de Julio, ayer no podían salir solos de la humilde casa en la que habitan. De a uno, su padre los fue sacando y sentando sobre una mesa en el patio, para que no se enterraran en el barro que prácticamente rodeó la casa por los cuatro costados. Una postal que, con ligeras variantes, viene repitiéndose desde que empezaron las lluvias en diciembre pasado con viviendas precarias ubicadas en distintos departamentos de la Provincia. Chimbas, San Martín y Caucete ya tuvieron que poner en marcha operativos de asistencia y evacuación para los afectados (ver aparte) y ahora le tocó el turno a 9 de Julio, donde Las Cañitas fue una de las zonas más críticas por la cantidad de viviendas afectadas.
Penosamente, las paredes de adobe y cañas resistieron a la lluvia del lunes, pero Martín y su mujer pasaron la noche vigilando que el techo no fuera a colapsar sobre los chicos. Con las primeras luces del día de ayer, el terreno que rodea la casa parecía una laguna y sólo era posible llegar o salir de ella pasando por el patio del vecino, cuyo terreno está un poco más alto. Aprovechando un poco de ripio, Martín empezó temprano a tratar de proteger su casa porque la oscuridad de las nubes hacía presagiar que las lluvias iban a seguir. "Hay que sujetar el agua, como sea", afirmó.
Las Cañitas es una localidad de 9 de Julio que agrupa a poco más de 20 familias, cuyas casas (aunque humildes) son un poco mejores que las de otras villas a las que también afectó el temporal de los últimos días. Y aunque el salitre casi no les deja plantar nada, ellos se las arreglan para elevar pequeñas parcelas de terreno y hacer sus chacritas, para el consumo diario. Para colmo, el granizo que durante 10 minutos castigó en la noche del lunes a todo ese sector del departamento (ver página 12), dañó los pocos cultivos familiares y hasta las flores que, empecinadamente, crecían dentro de viejos lavarropas y tachos desvencijados.
"No queremos nada regalado -dice María, una de las vecinas más antiguas de la zona- pero ya que ayudan a tanta gente, que nos den una mano a los que vivimos de nuestro trabajo".